Con un sexto procesamiento dictado por la Justicia y un nuevo pedido de prisión preventiva, Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina, regresó a los Tribunales de Comodoro Py.
En esta ocasión, para ser juzgada por el juez Sebastián Casanello y el fiscal Guillermo Marijuan en el caso conocido “la ruta del dinero K”: expediente en el que el empresario Lázaro Báez está acusado de haber lavado 60 millones de dólares y por el que lleva detenido más de dos años y medio.
A través de un escrito presentado ante la Justicia Federal, la senadora explicó que el pasado 31 de agosto la Cámara de Apelaciones le ordenó, sin precisar ni los hechos ni el derecho en que fundaban tal decisión, que presentara una declaración por su presunto involucramiento en el caso Báez.
Casanello la citó por orden de la Cámara Federal, que vio indicios de posibles vínculos entre el dinero de Báez y el de Fernández al estar ambos procesados en otras causas de corrupción.
Puntualizó que todos los actos de su familia están en la República Argentina y siempre fueron incorporados a sus declaraciones juradas impositivas, así como también a las que presentaron en su carácter de funcionarios públicos (tanto ella como su esposo y expresidente, Néstor Kirchner).
Recalcó que no entiende la razón por la cual las autoridades se lanzaron en su contra al embargar sus bienes, bloquear sus cuentas bancarias e intervenir en las empresas familiares, si por todas su actividades siempre han pagado los impuestos correspondientes.
“Podrían seguir vigilando mis movimientos y los de mi familia, escuchar de manera clandestina mis conversaciones telefónicas o excavar toda al Patagonia argentina, o donde mejor se les ocurra, que nunca van a encontrar nada con lo que involucrarme, porque jamás me apoderé de dinero ilícito alguno”, sentenció la expresidenta.
¿Quién es Lázaro Báez?
Fue procesado por el delito de lavado de activos y fue detenido el 18 de abril de 2016.
En 1990, entabló una relación con el expresidente Néstor Kirchner.
Trabajó como empleado bancario en el Banco Nación y en el Banco de la Provincia de Santa Cruz. En 1991 alcanzó la gerencia del segundo, presuntamente favorecido por Kirchner.
Con el respaldo del expresidente, Báez inició un ascenso en los negocios, pues conformó el directorio de Austral Construcciones S.A, empresa que, según se denunció, obtuvo el 82 por ciento de las licitaciones en contratos estatales otorgados por el gobierno de Santa Cruz, durante el gobierno de Néstor.
En cinco años, recibió cuatro mil millones de pesos en contratos estatales y mil 200 millones en contratos de la provincia de Santa Cruz.
Dentro de las construcciones de Austral Construcciones podría estar el edificio en un terreno cedido por Kirchner a Báez en Río Gallegos, del cual el expresidente se había quedado con 10 departamentos nuevos.