Obama podría estar muerto
El corresponsal de Washington para El País publicó el miércoles en su blog “Barras y Estrellas” una noticia que más parece ficción que realidad.
Un grupo clandestino que responde a las siglas de FEAR (miedo en inglés), Forever Enduring Always Ready (Siempre Duraderos Permanentemente Listos), tenía planeado un auténtico golpe: matar al presidente Obama.
Sandra de Miguel SanzEl corresponsal de Washington para El País publicó el miércoles en su blog “Barras y Estrellas” una noticia que más parece ficción que realidad.
Un grupo clandestino que responde a las siglas de FEAR (miedo en inglés), Forever Enduring Always Ready (Siempre Duraderos Permanentemente Listos), tenía planeado un auténtico golpe: matar al presidente Obama.
Pero eso era sólo la guinda que se pondría a un estado de caos que habrían sembrado con otras acciones: colocar bombas en el parque Forsyth, en la ciudad de Savannah; envenenar huertos de manzanas en el Estado de Washington y volar una presa.
Y entonces ya sí, en medio del espanto generalizado, asesinar al presidente del Gobierno de los Estados Unidos de América. Aunque todos estos planes han sido intervenidos y truncados, no partían de cero.
Ya habían gastado 87 mil dólares en armas tales como pistolas, rifles, fusiles semiautomáticos o explosivos.
Además, no habían tenido ningún reparo en eliminar a testigos. Otro soldado, Michael Roark, y su novia, Tiffany York, les descubrieron y les amenazaron con delatarlos. Las consecuencias no se hicieron esperar: fueron ejecutados en medio de un bosque.
La noticia se conoció el lunes cuando uno de los cuatro, Michael Burnett, fue arrestado, se declaró culpable de homicidio y de pertenecer a una banda ilegal y confesó los planes del grupo con el fin de reducir su propia condena.
Los 4 han sido encarcelados y la fiscalía les acusa de querer “derrocar al Gobierno”. El fiscal Tom Durden les ha calificado como anarquistas y el FBI ya está en la investigación.
Burnett acusó a Isaac Aguigui de introducir ideas anarquistas provenientes al parecer de un libro titulado “El manuscrito”. Le obsesionaba sobre todo una idea: devolver el gobierno a su legítimo dueño, el pueblo. Según las confesiones de Burnett, había más soldados simpatizantes.
Según reporta Alandete, la asistente del fiscal explicó que los planes inmediatos consistián en “tomar el puesto de control de Fort Stewart, hacer estallar vehículos de grandes figuras políticas y judiciales a nivel local y estatal y a representantes federales”.
También según su versión, Aguigui se centraría en soldados que estaban pasando por problemas o que se hallaban desilusionados para ganar adeptos, aunque no detalló qué clase de problemas.
Un último asunto turbio es que Aguigui habría financiado la milicia con un seguro de vida de 500 mil dólares que cobró por el fallecimiento de su esposa en condiciones sospechosas, según un familiar.