Después de su derrota en las elecciones parlamentarias, Nicolás Maduro contaba con muy poco tiempo para quitarle poderes a la Asamblea Nacional antes de que ésta terminara de sesionar y se fuera de vacaciones.
La opción –la única que aparentemente le quedaba a Maduro antes de perder el control del parlamento– se mencionó en muchos medios con incredulidad, pero el Presidente de Venezuela decidió optar por otra salida que muy pocos esperaban.
Diosdado Cabello, presidente saliente del la Asamblea Nacional instauró un Parlamento Popular en la última sesión legislativa, a partir del cual, según Maduro, el pueblo podrá decidir el futuro del país.
El Parlamento Popular no es otra cosa que una copia de la Asamblea Nacional, bajo el control de Maduro y se ha instaurado apenas nueve días después de un victoria importante de la oposición.
Detalles sobre cuál será su rol en la práctica, su nivel de autoridad y su composición aun no son revelados, pero los analistas aseguran que esto es sólo parte de un plan del chavismo para desconocer su derrota en las elecciones parlamentarias.
Los bolivarianos contraatacan
La creación de esta cámara baja alternativa es parte de una serie de reformas que Maduro, cuyo partido todavía tiene la mayoría en la Asamblea Nacional, buscará que se aprueben antes de que la oposición inicie el nuevo ciclo legislativo el 5 de enero.
Además, el chavismo aprobó a Susana Barreiros como defensora pública, jueza que condenó a la cárcel al opositor Leopoldo López.
La Asamblea Nacional, todavía fiel a Maduro, acordó reunirse las próximas semanas en sesiones extraordinarias para designar a varios magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
Esta medida pretende blindar a Maduro y a los chavistas ante los potenciales embates de la oposición el próximo año.
Las criticas para Maduro, dentro y fuera de Venezuela, no se han hecho esperar. Sin embargo, el sucesor de Hugo Chávez insiste en que la medida pretende cederle el poder al pueblo y con ello remplazar un Estado burgués por uno comunal.
A la par de todo lo anterior, el Partido Socialista Unido de Venezuela pidió que se investigue la presunta compra de votos por parte de la oposición durante los comicios del 6 de diciembre.
Según el partido en el poder, hay evidencias de que miembros de la oposición ofrecieron dinero a los votantes para votar contra el régimen de Maduro.
La oposición niega las acusaciones y asegura que el pueblo venezolano ya expresó su deseo de cambio hace dos semanas, pero Maduro no parece querer escucharlo.