Julian Assange sigue en el foco mediático del mundo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió a Reino Unido liberar al fundador de WikiLeaks, quien se encuentra recluido en prisión de Belmarsh, después de que la Policía Metropolitana de Londres lo sacara de la embajada ecuatoriana en abril de 2019.
Nils Melzer, relator especial de la ONU en contra de la tortura, envió un comunicado a las autoridades británicas para hacer la solicitud, documento en el cual también denunció que desde hace una década los derechos del activista han sido violados y pidió frenar su extradición a Estados Unidos.
El relator especial del organismo internacional advirtió que el confinamiento de Assange puede equivaler a tortura, tratos y castigos crueles, inhumanos o degradantes. Además, destacó que no es un convicto criminal y no representa una amenaza para nadie, por lo que su detención en una prisión de alta seguridad carece de base legal.
“Las autoridades británicas detuvieron a Assange sobre la base de una orden de arresto emitida por Suecia en relación con acusaciones de conducta sexual inapropiada que desde entonces se han abandonado formalmente debido a la falta de pruebas.
Hoy, está detenido con fines exclusivamente preventivos, para garantizar su presencia durante el juicio de extradición de Estados Unidos en curso, un proceso que bien puede durar varios años”, dijo Melzer.
Este no es el primer llamado de la ONU. En una opinión emitida en diciembre de 2015, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria concluyó que desde su arresto el 7 de diciembre de 2010, Assange ha sido sometido a diversas formas de privación arbitraria de libertad.
Juan Pablo Galicia, analista y consultor político, considera que el llamado de Melzer no va a tener una respuesta de las autoridades británicas, porque no es un documento que esté firmado por el Alto Comisionado de Derechos Humanos o el secretario general de la ONU.
“El llamado no tiene el peso suficiente como para que el gobierno del Reino Unido tenga que emitir una respuesta oficial al respecto de la petición. A mí me parece que sin ningún miramiento van a continuar con el proceso que actualmente está siguiendo Julian Assange allá en este país”, declara Galicia.
La disputa con EU por Assange
Julian Assange ha vivido, por lo menos la última década, como un nómada. Creó WikiLeaks en 2006, plataforma desde la cual ha revelado diversos documentos que han terminado en escándalos políticos y financieros, por lo que para algunos es un periodista a quien se ha violado su libertad de expresión.
Uno de los gobiernos que Assange desafío desde WikiLeaks es el de Estados Unidos, del que ha expuesto información sobre las acciones que el Ejército emprendió en contra de civiles durante las guerras en Afganistán e Irak. La primera filtración se registró en 2007, cuando publicó el manual para los soldados que se ocupaban de los prisioneros en el Campo Delta en la Bahía de Guantánamo.
En 2010, WikiLeaks publicó un video en el que se muestra como un helicóptero Apache perteneciente al Ejército estadounidense dispara a matar a dos periodistas y a un grupo de civiles iraquíes. A esto se sumó la divulgación de 90 mil documentos clasificados, considerada como la mayor filtración desde los Papeles del Pentágono.
Los documentos clasificados que fueron liberados a la opinión pública por la plataforma dieron una visión diferente sobre las tácticas de guerra del gobierno de Barak Obama, ya que revelaron los abusos de autoridad y actos de tortura del Ejército en la prisión de Guantánamo, y que llevó a diversas organizaciones a exigir su cierre.
También en 2010, Assange fue acusado por violación y acoso sexual por dos mujeres ante las autoridades suecas. Como consecuencia, pasó los meses que siguieron a la acusación en arresto domiciliario en Londres, en donde fue detenido en abril de 2019.
Ahora, el activista espera la resolución sobre su extradición a Estados Unidos, en donde enfrentará 18 cargos, entre ellos espionaje y delitos informáticos. En tanto, organizaciones como Amnistía internacional han pedido a las autoridades estadounidenses retirar los cargos dado que afectan su derecho a la libertad de expresión.
Para el organismo, la publicación por Julian Assange de documentos a los que tuvo acceso como parte de su trabajo en WikiLeaks es parte de las actividades que deben realizar los profesionales del periodismo de investigación, por lo que enjuiciar a Julian Assange por estos cargos podría tener un efecto inhibidor en el derecho a la libertad de expresión.
Al respecto, Juan Pablo Galicia proyecta que, pese a las voces de respaldo para el fundador de WikiLeaks, el juicio de extradición en Reino Unido seguirá su curso, mientras que no se esperaría un cambio en la postura de los estadounidenses respecto a los crímenes que se le imputan.
“Hay algunas opiniones de analistas en prensa internacional que comentan que tal vez Joe Biden tenga alguna postura distinta sobre Julian Assange e inclusive otorgaría un perdón, pero hay que tomar en cuenta que hace diez años, cuando empezó la causa contra Julian Assange, quien estaba en el poder era Obama y el presidente electo era vicepresidente del país”, puntualiza.