El fin de semana en Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, candidato del Partido Social Demócrata – el cual a pesar de su nombre es una formación de derecha – ganó la elección presidencial con los votos necesarios para evitar una segunda vuelta.
En una votación con una baja participación ciudadana – apenas 48 por ciento del padrón – De Sousa pudo superar el 50 por ciento necesario para ganar en la primera ronda.
Rebelo de Sousa se mudará al Palácio da Rosa en Lisboa y reemplazará a Aníbal Cavaco Silva, quien pertenece a su mismo partido y ya ha servido el máximo tiempo permitido para un presidente: 10 años divididos en dos términos.
Ese relevo no será un problema para De Sousa. El reto real será conciliar acuerdos con el actual primer ministro socialista, Antonio Costa.
El grupo minoritario que gobierna actualmente Portugal, está apoyado por el Partido Comunista y un bloque de izquierda radical que lograron acordar una coalición.
En los últimos meses las políticas de austeridad económica impuestas por el Primer Ministro para enfrentar la crisis financiera le han restado popularidad a su visión y con la victoria de De Sousa, Portugal se une a la lista de países europeos en donde los ciudadanos están decidiendo votar por los conservadores.
Las derechas en Europa
En mayo de 2015 los británicos refrendaron a los conservadores “tories” en el gobierno y crearon un cisma al interior del partido laborista.
En diciembre la ultra derecha francesa liderada por Marine Le Pen cosechó el triunfo electoral más grande en la historia de su partido en las votaciones regionales y ahora es una de las principales fuerzas políticas de ese país.
También en diciembre y aunque la falta de acuerdos no le han permitido conformar un nuevo gobierno con Rajoy a la cabeza, el Partido Popular, símbolo de la derecha española, también fue el partido que obtuvo más votos en la elección general del 20 de diciembre.
Rebelo de Sousa se considera un conservador moderado y no tendrá todo el poder de gobernar en sus manos. Tendrá que negociar constantemente con el premier Costa y su coalición, lo cual anticipa, al igual que en España, posibles problemas para lograr una gobernabilidad efectiva en el país lusitano.
Por la conciliación
El nuevo presidente ha dicho que dialogará con la izquierda portuguesa.
“No hay vencidos en estas elecciones presidenciales, en las que fue el pueblo el que me honró con su apoyo”, dijo Rebelo de Sousa en su primer discurso.
La popularidad de Rebelo de Sousa, forjada como comentarista político de televisión, le ayudó a ganar las elecciones en un ambiente de apatía ciudadana. El abogado y profesor de 67 años es considerado una de las personas más influyentes de su país y generó la confianza necesaria en el electorado para ganar sin mucho esfuerzo.
Por su parte, el Primer Ministro socialista se pronunció prudentemente después de la victoria de De Sousa y se comprometió a cooperar con el presidente en beneficio de la nación.
Antonio Costa, gobierna Portugal tan solo desde el pasado diciembre gracias a una alianza con las facciones más radicales de la izquierda.
La conciliación por la que ambos líderes se pronuncian actualmente deberá trascender al discurso, pues el bloque de izquierda radical que apoya a Costa no estará de acuerdo con muchas de las propuestas del mandatario entrante.
El nuevo presidente portugués no tiene poder ejecutivo, pero dispone de una prerrogativa – apodada bomba atómica – a partir de la cual puede disolver el Parlamento.
Los analistas consideran que éste es un factor de negociación muy importante ante la fragilidad que existe en la coalición de las izquierdas.
Izquierda en descenso
La eurodiputada de 39 años Marisa Matías era la rival de De Sousa en la pasada elección pero sólo consiguió un sorpresivo 10 por ciento de los votos.
Matías era la candidata del bloque de izquierda y es también cercana a partidos como Podemos en España y Syriza en Grecia, ambos formaciones de jóvenes que durante 2014 parecían haber llegado con mucha fuerza, pero no contaban con que las crisis (migratoria y económica) y la radicalización de las posturas políticas después de los ataques terroristas en Europa les restarían popularidad.
En el discurso donde reconoció la victoria de De Sousa, Marisa Matías dijo, a pesar de haber quedado en tercer lugar, que todavía existe esperanza para el discurso progresista que defiende.
Sin embargo, el momento está del otro lado del espectro político. En Portugal y en toda Europa.
De Sousa prestará juramento el 9 de marzo, pero en caso de que quisiera disolver el Parlamento no lo podría hacer sino hasta el mes abril. Esto de acuerdo a la actual legislación portuguesa.