Papa aboga por discapacitados
El Papa Francisco criticó duramente ayer la obsesión de ciertas personas con el cuerpo perfecto, diciendo que ese tipo de pensamiento lleva a la sociedad a esconder a los discapacitados para evitar ofender las sensibilidades de los “pocos privilegiados”.
Francisco celebró en la Plaza de San Pedro una misa dedicada a las personas discapacitadas y a quienes cuidan de ellas. Pasó tiempo charlando con muchos de ellos, abrazándolos al final del servicio religioso.
El Papa Francisco criticó duramente ayer la obsesión de ciertas personas con el cuerpo perfecto, diciendo que ese tipo de pensamiento lleva a la sociedad a esconder a los discapacitados para evitar ofender las sensibilidades de los “pocos privilegiados”.
Francisco celebró en la Plaza de San Pedro una misa dedicada a las personas discapacitadas y a quienes cuidan de ellas. Pasó tiempo charlando con muchos de ellos, abrazándolos al final del servicio religioso.
“Se cree que los enfermos y discapacitados no pueden ser felices, toda vez que no pueden vivir el estilo de vida promovido por la cultura de placer y entretenimiento”, dijo Francisco en su homilía.
“En una era en la que la atención al cuerpo se ha vuelto una obsesión y un gran negocio, cualquier cosa imperfecta tiene que ser escondida, porque amenaza la felicidad y serenidad de los pocos privilegiados y pone en peligro el modelo dominante”.
En la misa participaron muchos de los discapacitados. Una ciega, usando braille, leyó en voz alta una sección de la Biblia. La liturgia fue traducida a la lengua de señas. Por primera vez en una ceremonia de esa índole en el Vaticano, personas con discapacidad mental luciendo disfraces interpretaron una parábola de los Evangelios mientras era leída en voz alta.
“El mundo no se vuelve un lugar mejor porque solamente viven en él personas aparentemente mejores, ni hablar de fabricadas”, dijo el Papa, sino “cuando la solidaridad y la aceptación mutua y el respeto aumentan”.
Francisco ha usado su papado para defender la causa de los marginados en sociedades donde la riqueza y otros logros financieros son valorados más que el valor interno.
El Pontífice lamentó la idea de que es mejor mantener a los discapacitados “aparte, en un recinto —aunque sea adornado— o en ‘islas’ de piedad y bienestar social, para que no lastren la marcha de un falso bienestar”. (AP)