El Papa Francisco habló sobre los abusos y rechazo que hay hacia las mujeres de todo el mundo, incluso dentro de la Iglesia Católica.
Durante su vuelo de regreso de los Emiratos Árabes, el Pontífice contestó algunas preguntas de la prensa, y una de ellas se refería al artículo que el periódico Osservatore Romano publicó respecto a los abusos sexuales que las mujeres consagradas han sufrido por parte del clero a lo largo de la historia.
“Es verdad. El maltrato de las mujeres es un problema. Me atrevería a decir que la humanidad aún no ha madurado; la mujer es considerada de ‘segunda clase’. Empecemos por ahí, es un problema cultural”, dijo el religioso.
En su respuesta mencionó que este tipo de actos se originaron en un país muy antiguo de oriente, donde existía la ley que permitía a los hombres rechazar y repudiar al sexo opuesto.
“Es verdad, dentro de la Iglesia había clérigos que hacían esto. En algunas civilizaciones de una manera más fuerte que en otras. Ha habido sacerdotes y también obispos que lo han hecho. Y creo que todavía se están haciendo: no es que desde el momento en que te das cuenta se termina. La cosa sigue así. Hemos trabajado en eso durante algún tiempo suspendiendo a algún clérigo, expulsándolo”, respondió el argentino
Jorge Mario Bergoglio recalcó que la Iglesia Católica sigue teniendo toda la voluntad para parar estos hechos. Agregó que Benedicto XVI fue el religioso que más se enfocó en detenerlo, incluso antes de que se convirtiera en Papa.
“Él tenía todos los papeles de una organización religiosa que tenía corrupción sexual y económica dentro de ella. Intentó hablar de ello y había filtros (…) El folklore lo muestra como débil, pero es un hombre fuerte”, agregó Francisco.
Ofrece mediación en Venezuela
El Pontífice manifestó que podía mediar en Venezuela, pero sólo si las dos partes en conflicto lo solicitan, es decir, la oposición representada por Juan Guaidó y el Gobierno de Nicolás Maduro.
Francisco hizo esta declaración cuando le recordaron la mediación de Juan Pablo II entre Argentina y Chile para evitar una guerra por el diferendo limítrofe del Beagle, en 1978, y le preguntaron si la Santa Sede estaba dispuesta a hacer lo mismo.
El Santo Padre destacó la mediación entre Argentina y Chile de Juan Pablo II como un acto valiente, pero dijo que hay pequeños pasos que deben darse ante semejante intervención y que el último es la mediación.
