Papa Francisco cambia catecismo y declara “inadmisible” pena de muerte
La iglesia asegura que en la actualidad está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves
Pablo EspindolaPara el papa Francisco la pena de muerte es “inaceptable”, por lo que aprobó una modificación del Catecismo que, además, plasma el compromiso de su Iglesia con la abolición de esta práctica en todo el mundo.
El nuevo documento resalta que “la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.
Luis Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue el encargado de presentar el cambio en el artículo 2.267 del Catecismo, el libro doctrinal del Catolicismo.
De acuerdo con un boletín de la Santa Sede, este cambio se debe a que “durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común”.
Sin embargo, la iglesia asegura que en la actualidad está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves.
Para presentar la modificación el cambio doctrinal, Ladaria envió una carta a los obispos de todo el mundo en la que les explicaba que el nuevo desarrollo “descansa principalmente en la conciencia cada vez más clara en la Iglesia del respeto que se debe a toda vida humana”.
Además marcaba que con los cambios “quieren ser un impulso para un compromiso firme, incluso a través de un diálogo respetuoso con las autoridades políticas, para que se favorezca una mentalidad que reconozca la dignidad de cada vida humana”.
Amnistía Internacional recoge en su informe de 2017 sobre la pena de muerte en el mundo que, al término del año, 106 países ya habían abolido esta práctica en la ley para todos los delitos y 142 habían acabado con ella en sus legislaciones o en la práctica.
La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar, por este orden, en China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán, y los métodos más frecuentes fueron la decapitación, el ahorcamiento. la inyección letal o la muerte por arma de fuego.