“¿Cuántas veces vemos que durante la homilía algunos se duermen, otros charlan o salen a fumarse un cigarrillo?”, preguntó de forma retórica el Papa Francisco durante su audiencia pública semanal, ante unas ocho mil 500 personas congregadas en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El máximo líder de la Iglesia pidió a los sacerdotes y obispos que preparen bien sus sermones, con el objetivo de hacerlos más breves y no duren más de diez minutos.
Francisco advirtió que las homilías largas pueden llegar a ser aburridas y esto provoca que las personas que se encuentran en misa dejen de poner atención y no aprendan ni reflexionen sobre la palabra de Jesús, el cual es el objetivo de una homilía.
La apuesta de la iglesia católica es conservar a sus fieles y lograr que las nuevas familias se acerquen a ellos. ¿Con misas más cortas lo lograrán?