El fabricante italiano de vehículos deportivos de alta gama, Lamborghini, ha fabricado un auto único de su modelo Huracán que ha donado al Papa Francisco, quien ha decidido subastarlo para usar lo recaudado con fines sociales.
La donación tuvo lugar el miércoles 15 de noviembre, antes de la Audiencia General, frente a la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Para poder destinarlo a dichos fines sociales, el vehículo deportivo será subastado por la casa Sotheby’S. Los beneficios resultantes de la subasta se entregarán al Santo Padre.
Con esos fondos, el Vaticano financiará la reconstrucción de la Planicie de Nínive, región del norte de Irak, dominada durante años por el Estado Islámico y destruida por la guerra, por medio de diversos proyectos de la Fundación de derecho pontificio Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El objetivo es permitir que los cristianos desplazados “puedan regresar por fin a sus raíces y recuperen su dignidad”, explicó el Vaticano.
Otros fondos irán a organizaciones que ayudan a las mujeres obligadas por traficantes a ejercer la prostitución y a las que brindan atención médica en África.
El precio mínimo del Huracan, que llegó al mercado en 2014, suele rondar los 183.000 euros. La edición especial fabricada para la labor benéfica papal podría alcanzar una cifra mucho más alta en la subasta.
Francisco viajaba por Buenos Aires, su ciudad natal, en transporte público, y con frecuencia fustiga a la gente que se compra autos o teléfonos celulares último modelo. Dentro del Vaticano viaja en un Ford Focus azul, y en sus viajes al exterior opta por modestos Fiat o Kia en lugar de los ostentosos SUV blindados.
Lamborghini, con sede en Sant’Agata Bolognese, pertenece a la automotriz alemana Volkswagen.