Luego del derrumbe de un edificio en Miami, Florida, muchas familias han sufrido de ansiedad y depresión debido a que entre las víctimas se encuentran sus familiares, por lo que perros de terapia han servido de consuelo y ayuda.
Con unas 150 personas en paradero desconocido, muchas de las cuales podrían estar enterradas bajo los escombros, el equipo de ayuda a la catástrofe de los Boricuas de Corazón trajo a un par de perros: Tal, un Akbash de 7 años que pesa 59 kilos, y Molley, un Walker Coonhound de 1 año.
?⛑️ Perros de apoyo emocional consuelan a familias de desaparecidos tras derrumbe de edificio en Miami pic.twitter.com/mQK3nxvCau
— Reuters Latam (@ReutersLatam) June 28, 2021
Los perros podrían ayudar a las víctimas a procesar sus emociones, dijo Linda Pérez, presidenta de Boricuas de Corazón, un grupo sin fines de lucro dedicado a ayudar a víctimas de desastres. Boricua es un apodo para los puertorriqueños y el grupo ofrece servicios en inglés y español.
Hasta ahora los perros han apoyado a al menos cuatro familias de Argentina, otra de Paraguay y otras que llegaron desde Houston, dijo Pérez en entrevista a la agencia Reuters.
“Están teniendo ataques de pánico o problemas de ansiedad y hemos podido dejarlos trabajar con los perros, tocando al perro, sacando sus emociones”, explicó Pérez.
Los familiares de los desaparecidos llevan esperando desde el jueves por la mañana cualquier señal de vida de sus seres queridos.
“Pueden sentir al perro, pueden tener ese contacto con la mirada. Es muy bonito. Los animales están absorbiendo todo lo emocional que están sintiendo al mismo tiempo y pueden ser capaces de ser muy relajantes para ellos”, agregó Pérez.
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La organización se asocia con otros grupos que entrenan a perros de terapia y está preparada para quedarse con las víctimas durante horas, según sea necesario.
Una mujer angustiada pidió una compañía canina prolongada mientras esperaba la llegada de su hija desde fuera del estado y le dijeron que podía tener apoyo las 24 horas del día.
“Estas personas están sufriendo”, concluyó Pérez. “Recibir información poco a poco no es agradable para ellos. Están bajo mucha presión”.