Brasil sigue determinado a llegar al fondo de las acusaciones por presunto espionaje por parte del gobierno estadounidense.
Las revelaciones más recientes del diario O Globo y The Guardian, que señalan a Dilma Rousseff como “blanco directo” de los programas de vigilancia de Estados Unidos, derivaron en una serie de acciones para aclarar el caso.
Ayer, la nueva comisión del Senado creada para investigar el caso Snowden aprobó una petición para ofrecer seguridad especial a Gleen Greenwald, el periodista que reveló el programa de espionaje masivo.
Greenwald, que vive en Río de Janeiro junto a su pareja David Miranda, ha dicho en varias ocasiones que él no se dejará intimidar por las autoridades.
Cuando interrogaron por nueve horas a Miranda en el aeropuerto de Londres, el coestadounidense dijo que esto solo lo motivó a hablar más.
Aunado a la decisión de ofrecer protección al “canal” de Snowden, la Policía Federal brasileña busca escuchar su testimonio, pues piensan que es la persona que más puede ayudar en la investigación, informó ayer el diario Folha.