NUEVA YORK (AP) — Un juez en Estados Unidos sentenció el martes a Tony Hernández, un hermano del presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, a cadena perpetua más 30 años por crímenes de narcotráfico.
El juez Kevin Castel emitió su sentencia en un tribunal de Nueva York un año y medio después del juicio, que captó la atención de los medios de comunicación, porque los fiscales mencionaron repetidamente al presidente durante ese proceso, acusándolo de aceptar sobornos por parte de traficantes de drogas. Las acusaciones contra el mandatario han sido un dolor de cabeza para el gobierno de Honduras desde entonces: han proseguido a lo largo de los meses en documentos judiciales y se volvieron a repetir en otro juicio reciente a un supuesto narcotraficante llamado Geovanny Fuentes Ramírez.
El presidente Hernández y la Casa Presidencial de Honduras han usado Twitter para desmentir las acusaciones una y otra vez y llevaron a cabo una rueda de prensa la semana pasada. El mandatario asegura que las acusaciones son mentiras por parte de narcotraficantes y asesinos que quieren reducir sus sentencias. Hernández no enfrenta cargos, pero ha sido calificado como “co-conspirador” en el caso de su hermano.
Las acusaciones de los fiscales, sin embargo, han tenido consecuencias.
Un grupo de senadores presentó recientemente un proyecto de ley que busca aislar al presidente Hernández. El proyecto de ley pide a Biden que imponga sanciones contra Hernández y determine si es un “traficante de narcóticos especialmente designado”, lo que significaría que sus bienes podrían quedar congelados y se le prohibiría la entrada a Estados Unidos.
Según los fiscales, Hernández recibió varios pagos de narcotraficantes a cambio de garantizarles la protección del gobierno hondureño. El dinero, dicen los fiscales, servía para financiar campañas electorales y comprar votos de políticos del Partido Nacional para ayudar así al presidente y otros.
Un ex narcotraficante que testificó en el juicio a Tony Hernández aseguró que el presidente recibió un pago de un millón de dólares por parte del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán. El supuesto pago se hizo en 2013 a través de Tony Hernández, dijeron. Ese año Hernández era candidato a la presidencia.
“Este caso es otro en una larga fila de desventuras de intervención en política exterior llevada a cabo por el gobierno de Estados Unidos, esta vez para cambiar un régimen a los niveles más altos en Honduras”, escribió Brill.
Los fiscales del caso pidieron cadena perpetua para Tony Hernández por dirigir “una asociación delictuosa de narcotráfico auspiciada por el Estado” junto con el presidente Hernández. También quieren que Tony Hernández devuelva 138,5 millones de dólares de “dinero de sangre” producto de sus operaciones de narcotráfico, y pague una multa adicional por 10 millones de dólares.