¿Por qué EU exhibió a Pinochet?
Antes del 11 de septiembre de 2001, el único atentado terrorista en Estados Unidos había sido el que terminó con la vida del chileno Orlando Letelier el 21 de septiembre de 1976.
Letelier era Ministro de Defensa durante el gobierno de Salvador Allende y fue encarcelado después del Golpe de Estado.
La presión internacional logró su liberación y el ex Ministro se exilió en EU. Desde ahí luchaba contra la dictadura militar.
Sergio Almazán
Antes del 11 de septiembre de 2001, el único atentado terrorista en Estados Unidos había sido el que terminó con la vida del chileno Orlando Letelier el 21 de septiembre de 1976.
Letelier era Ministro de Defensa durante el gobierno de Salvador Allende y fue encarcelado después del Golpe de Estado.
La presión internacional logró su liberación y el ex Ministro se exilió en EU. Desde ahí luchaba contra la dictadura militar.
Augusto Pinochet le removió la nacionalidad chilena e impidió, después de su asesinato en 1976, que su cuerpo fuera repatriado a Chile. Esto no sucedió hasta 1994.
Washington y sus secretos
En 1987, dos años antes del final de la dictadura, George Shultz, Secretario de Estado de Ronald Reagan, le aconsejó al entonces presidente remover el apoyo de EU al gobierno de Pinochet – uno de sus aliados anti comunistas en la región – y acercarse a la oposición democrática de Chile.
Shultz y la CIA presentaron evidencia irrefutable de que Pinochet había ordenado a la inteligencia chilena orquestar el asesinato de Letelier, atentado que también había terminado con la vida de la norteamericana Ronni Karpen Moffitt.
Para Shultz las pruebas eran un claro ejemplo de cómo un jefe de Estado se había involucrado en la organización de un acto terrorista en territorio estadounidense. Esto era inaceptable.
Dos años más tarde la campaña del ‘No’ terminaría con el gobierno de Pinochet.
Pero no fue hasta 2015, 28 años después de conocerse la información, que EU decidió desclasificarla y entregársela a Chile.
Ni Clinton, ni los Bush movieron un dedo en los días cuando las acusaciones contra Pinochet se acumulaban.
Los documentos de la CIA hubieran incriminado al ex dictador y probablemente lo hubieran hundido en la cárcel, pero Washington prefirió guardar silencio.
Esto a pesar de que, durante la presidencia de George W. Bush, el combate al terrorismo fue la gran prioridad del gobierno.
Al inicio de este año Michelle Bachelet, Presidenta de Chile pidió a Washington desclasificar los documentos. El Departamento de Estado hizo lo propio y ventiló parte de la información (todavía existen documentos clasificados sobre el caso).
El objetivo para Obama es claro. ‘Abrir la lata de los gusanos’, ya le ha traído beneficios positivos a Estados Unidos.
Reconocer los errores de gobiernos pasados le ha dado a EU una incipiente reivindicación histórica.
Lo incierto es saber si esta nueva diplomacia de puertas abiertas, finalmente logrará hacerle justicia a las victimas de la dictadura chilena y otros conflictos donde EU ha estado involucrado.
El encarcelamiento de Pinochet ya no es una preocupación. El gobierno de Washington ya está listo para aceptar sus fallas, pero no es claro si también lo está para enfrentar la responsabilidad legal por sus omisiones y respaldo a gobiernos criminales.