Presidente italiano Sergio Mattarella es reelegido; así será su gobierno

Vestido con traje negro, cabello blanco peinado hacia atrás, y usando sus características gafas de armazón delgado, fue como hace siete años Sergio Mattarella tomó posesión como el decimosegundo presidente de la República Italiana.

Hoy, con 80 años de edad, volverá a hacer el mismo juramento ante la Cámara de Diputados de su país, luego de ser reelegido por la mayoría parlamentaria el pasado 29 de enero.

Fueron 759 los votos, de mil 9 electores, los que hicieron posible que Mattarella se mantuviera en el Palacio del Quirinal, al menos hasta la conformación de un nuevo Parlamento tras las próximas elecciones legislativas, a llevarse a cabo en 2023.

Para concluir que Mattarella fuera reelegido, un grupo de diputados, senadores y delegados regionales discutieron el tema durante seis sesiones, analizando incluso otras opciones para relevar al mandatario. Matteo Salvini, por ejemplo, jefe del partido de extrema derecha La Liga, nominó a dos candidatas bajo el argumento de que una primera mujer presidenta “sería una innovación extraordinaria”.

De ese modo, Elisabetta Casellati, presidenta del Senado, y Elisabetta Belloni, directora del Departamento de Información para la Seguridad, fueron las opciones de Salvini, pero ninguna de las dos tuvo la suficiente fuerza para convencer a la mayoría parlamentaria, así como tampoco Pier Ferdinando Casini, expresidente de la Cámara de Diputados.

Tras la elección final de que Mattarella se mantuviera como el presidente, las reacciones estuvieron divididas, pues mientras personajes como Lorenzo Codogno, economista y jefe del Tesoro italiano, declaró que la pareja del mandatario junto con Mario Draghi, primer ministro, “tranquilizaba a todos”, Giorgia Meloni, miembro de la Cámara de Diputados, aseguró que los diputados celebraban su elección para mantener seguros sus sueldos.

“Diputados eufóricos por no haber cambiado nada y obligando a Mattarella a otro mandato ¿Qué celebran? Que el sueldo sea seguro”, tuiteó Meloni, haciendo referencia a la postura que el presidente llegó a hacer sobre su reelección, pues hizo saber que no tenía intención de volver al mando del Ejecutivo, a menos de que la situación en Italia fuera caótica.

Al respecto, el doctor Cutberto Hernández Legorreta, internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, opina que la elección de Sergio Mattarella fue acertada, sobre todo para evitar que otros candidatos alejaran a Italia del camino que está tomando actualmente la Unión Europea.

En ese sentido, mientras que las opciones presentadas por la extrema derecha podrían ir en contra de temas como el aborto, algo en lo que la mayoría de los miembros del bloque de los 27 han progresado, el jefe de Estado se mantendría a favor, pues es parte del pro-europeismo.

La presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, por ejemplo, se ha pronunciado en contra de la Ley 194, a través de la cual en Italia se autoriza desde la década de los 70 la interrupción del embarazo dentro de los primeros 90 días de gestación, siempre y cuando existan ciertas circunstancias, como la seguridad física y mental de la madre; si hay dificultades económicas, sociales o familiares; o bien, si se detectan malformaciones en el feto.

Así también, Casellati se ha manifestado en contra de la píldora abortiva y el embarazo asistido, temas que aún se siguen promoviendo en gran parte de los países del mundo, pero que particularmente en Europa se han llegado a analizar con mayor detalle.

“Elegir a alguien de extrema derecha hubiera venido a complicar una agenda bastante dinámica de los países de la Unión Europea. En ese contexto, me parece que el papel de Mattarella de asumir un segundo mandato tiene que ver con un sentimiento de civilidad de poder colaborar para llevar a buen término el fortalecimiento de la unidad italiana”, asegura el doctor Hernández Legorreta.

De ese modo, se espera que luego de ser elegido por segunda ocasión como presidente de Italia, el jefe de Estado nacido en Palermo siga con la misma línea que lleva desde 2015: intentar que su país esté a la par del bloque europeo al que pertenece desde 1958.

Además, se prevé que a pesar de su edad, siga estando al tanto del poder Legislativo, e intervenir si así se requiere. Como el año pasado, cuando tuvo que llamar al expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, para fungir como primer ministro, ya que la economía de su país estaba en declive tras el golpe que recibió de la pandemia por COVID-19.

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¿Derrota para Draghi?

Durante las seis sesiones que los senadores, diputados y delegados regionales estuvieron analizando los perfiles de quienes podrían relevar a Sergio Mattarella, el nombre del primer ministro, Mario Draghi, fue uno de los más llamativos, debido a su autonomía política y a su experiencia en torno a la economía europea.

Sin embargo, fue descartado, lo que terminó por llevarlo a ser objeto de crítica en medios locales, asegurando que al no haber sido elegido como próximo mandatario era una derrota para su vida política.

Ante esto, el doctor Cutberto Hernández Legorreta remarca que sin duda no hubo un supuesto fracaso para el primer ministro, pues no es que no hubiera sido capaz de acumular los votos necesarios, sino que era más necesario en su cargo actual para seguir impulsando a la economía italiana.

Por ejemplo, a un año de asumir su puesto, el economista ha encabezado un plan histórico de reformas para recibir 200 mil millones de euros de fondos para la época pospandemia que le asignó la Unión Europea, decisiones con las que Italia ha ido recuperando su estabilidad, mientras que el ministro ha defendido su apodo de “Súper Mario”.

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