El día de ayer un avión de la fuerza aérea rusa fue derribado en los límites de la frontera de Siria con Turquía.
La aeronave fue derribada por un jet turco F-16 de manufactura estadounidense. El gobierno de Ankara asegura que el avión ruso sobrevolaba territorio turco sin autorización y no respondió a más de 10 advertencias.
Rusia, por su parte, asegura que el jet sobrevolaba territorio sirio y Moscú insiste en que su nave fue derribada desde tierra.
Vladimir Putin llamó al incidente una puñalada por la espalda y garantiza que el avión ruso jamás representó una amenaza para Turquía.
Este incidente representa, sin duda, una escalada de tensiones en un contexto donde Rusia sigue desafiando a los miembros de la OTAN.
Versiones encontradas
Las autoridades turcas dicen que el bombardero Su-24 de la fuerza aérea rusa ignoró, en repetidas ocasiones, durante el transcurso de cinco minutos las advertencias de los controladores aéreos.
Rusia por su parte, dice que el jet no cruzó la frontera entre Siria y Turquía y por lo tanto el ataque turco es inminentemente ilegal.
Ya durante la cumbre del G20 se habían hecho pronunciamientos que acusaban a miembros de algunas de las 20 economías más poderosas del mundo de financiar a ISIS. La versión de Putin fortalece esas imputaciones y ahora señala directamente a Turquía.
La OTAN, por otro lado, señala que los aviones rusos han estado realizando invasiones en el espacio aéreo de Turquía desde los últimos 18 meses.
Los rusos respondieron a estas acusaciones diciendo que los pilotos de su país se habían perdido y estas incursiones eran meros accidentes.
Anteriormente Turquía y la OTAN ya habían declarado que los sobrevuelos rusos eran ilegales y de persistir podrían resultar en consecuencias peligrosas.
Rusia continúa argumentando que ellos están comprometidos con el combate contra ISIS y el derribo fue una traición a los acuerdos para vencer conjuntamente al Estado Islámico.
El problema es que de acuerdo a la inteligencia occidental, en la frontera entre Siria y Turquía no hay una presencia importante de ISIS.
Los analistas indican que la razón real de la aparición constante de los jets rusos en esa zona es la presencia de fuerzas rebeldes sirias que buscan derrocar a Bashar al-Asad, mandatario todavía protegido por el gobierno de Moscú.
Después de este incidente, es claro que más allá de los acuerdos logrados durante la cumbre del G20, existen intereses particulares más fuertes al interior de varios países.
Todo esto no sólo hará más difícil el derrocamiento de ISIS, sino que puede generar más tensiones y desbaratar los incipientes intentos de crear una alianza global contra el terrorismo.