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María Galván, una estilista mexicana sin papeles, llamó a la puerta de unas 200 casas cada día, en barrios de Los Ángeles.
“Lo primero que les digo es ‘por favor ve y vota porque nosotros no podemos votar y ustedes son la voz para que nosotros salgamos de las sombras”, dijo Galván. “Teniendo un buen gobierno, alguien va a hacer algo por nosotros”, agregó.
Solo en California, 800 inmigrantes indocumentados se dedicaron a tocar puertas y llamar a ciudadanos estadounidenses para animarlos a votar como parte del proyecto California New American Vote Campaign.
Sin embargo, el esfuerzo se hizo latente en ciudades de todo el país, incluyendo Nueva York, Detroit y Phoenix.
Dulce Matuz, otra mexicana que reside ilegalmente en Phoenix, dijo que su grupo había logrado que 2 mil 374 personas se comprometieran a votar “en nombre de los ‘dreamers’ ”.
El sueño electoral
”Hay muchas maneras de alcanzar el sueño americano”, compartió Jorge-Mario Cabrera, de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles, “una de ellas es contribuir a la sociedad, y se puede hacer animando al votante a enfocarse en temas que son importantes”, agregó.
Valeria Treves, directora del New Immigrant Community, dice que los políticos prestan atención a los inmigrantes irregulares porque saben el poder de movilización que tienen.
En el ‘Mexican Town’ de Detroit, entre un 30 y 50 porciento de los voluntarios son ilegales.
En el país, hay 24 millones de hispanos que pueden votar, pero se espera que sólo 12.2 millones voten mañana. El 70 por ciento dice preferir a Barack Obama.
(Fuente AP)
