Las elecciones presidenciales en Estados Unidos (EU) de este 3 noviembre se definirán por los resultados en algunos estados que son considerados clave, ya que albergan el mayor número de votos electorales.
Se necesitan 270 votos del colegio electoral para asegurar la Casa Blanca, algunos estados de EU, que representan más de la mitad del número total de votos, podrían cambiar el rumbo de la contienda.
En 2016, Hillary Clinton tuvo una ventaja de casi 2,9 millones de personas en la elección presidencial, pero aún así perdió. Donald Trump ganó porque se llevó el Colegio Electoral.
Cada estado tiene un número diferente de votos electorales, basado en cuantos congresistas tiene en la Cámara de Representantes, aparte de sus dos senadores.
California tiene la mayor cantidad de votos electorales, con 55. Texas le sigue con 38. El candidato que gane Nueva York o Florida puede llevarse 29 votos electorales; Illinois y Pensilvania tienen 20 cada uno. Cierran la lista de los 10 estados con más votos electorales Ohio con 18, Georgia y Michigan con 16 y Carolina del Norte con 15.
Florida, Iowa, Georgia, Michigan y Pensilvania son estados sin preferencia política marcada.
Estados de EU sin preferencia demócrata o republicana
Florida, con 29 votos electorales, es el estado que concede o entierra candidatos. Según las últimas encuestas es territorio muy disputado, donde ni de Biden ni de Trump tienen un clara ventaja.
El diario The New York Times estima que el ganador se llevará la victoria aquí por tan solo 1 o 2 puntos porcentuales.
Los encuestadores coinciden en que Trump necesita Florida para ganar las elecciones. Si lo pierde, sus posibilidades de mantener la Casa Blanca se reducen a un 1%, señalan estimaciones del portal especializado FiveThirtyEight.
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El estado natal de Biden, Pensilvania, es el de más peso electoral en el Cinturón del Óxido, una región del centro-norte del país marcada por el declive industrial en la última década.
Las esperanzas de Trump aumentaron después que Biden, en un debate, habló de eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Esto le da una oportunidad a Trump en un estado con una gran industria del gas natural.
Se prevé que las grandes ciudades de Pensilvania votarán seguramente por Biden, mientras que se espera que el oeste rural y el centro conservador apoyen a Trump.
Ningún candidato presidencial demócrata ha ganado Georgia desde la década de 1990, pero partes del estado se inclinan hacia los demócratas. Trump lo ganó por cinco puntos porcentuales en 2016, pero Biden dice que tiene posibilidades y recorrió Georgia durante la última semana de la campaña.
Carolina del Norte dará indicios si Biden tomará la presidencia, o Donald Trump se mantendrá en otros estados competitivos, gracias al conteo de votos más rápido.
Trump ganó Ohio hace cuatro años por ocho puntos porcentuales, pero las encuestas recientes muestran una contienda más reñida. El mandatario ha perdido apoyo en suburbios clave.
Michigan fue durante años un baluarte demócrata en las presidenciales, pero Trump lo ganó por menos de 11.000 votos en 2016 con apoyo de la clase trabajadora.
Con el aumento de los casos de coronavirus en Wisconsin, y el mal manejo de la pandemia Trump perdió adeptos. En general, las probabilidades parecen estar en contra del presidente, mientras que Biden lidera por 7 puntos en las encuestas estatales.
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Arizona ha sido un estado republicano durante décadas, pero su electorado está cambiando, con una comunidad latina en crecimiento y una afluencia de californianos progresistas.
En las pasadas elecciones de 2016, Trump aseguró la victoria al ganar en los estados de Florida, Pensilvania, Michigan, Carolina del Norte, Wisconsin y Arizona, cuatro de los cuales habían votado al demócrata Barack Obama en 2012.
Trump inició la jornada de manera optimista, pronosticando que tendría un mejor resultado incluso que en 2016.
“Ganar es fácil”, dijo a los reporteros. “Perder nunca es fácil, no para mí”.
Mientras que Biden hizo un un llamado final a los votantes de su ciudad natal de Scranton y al bastión demócrata de Filadelfia.