Que no pase uno más

Todo indica que Estados Unidos se encamina a reformar su actual sistema migratorio, un hecho que podría ser un parteaguas en la vida de muchos habitantes ilegales.

Sin embargo, la lógica de este cambio se resume en greencards a cambio de blindar la frontera de su vecino sureño, México.

El Senado optó por ceder a las peticiones de los conservadores republicanos, quienes condicionaron el apoyo al proyecto de ley –conceder la ciudadanía a millones de indocumentados– a cambio de una millonaria inversión en seguridad fronteriza.

Ahora solo falta que la Cámara de Representantes apruebe la reforma, luego de pasar por la Cámara Alta con 68 votos a favor y 32 en contra.

En la última ronda de votación, el proyecto migratorio necesitaba tener mayoría relativa para ser aprobada (51 votos).

La Cámara Baja está dominada por miembros del GOP (Grand Old Party, como también se le conoce al Partido Republicano), a diferencia del Senado, copado ligeramente por demócratas.

Después de muchos años de tropiezos, el poder Legislativo de EU comienza a dar pasos sustanciales para resolver el problema de los indocumentados.

La actual reforma –un documento de mil 200 páginas– fue redactada por un grupo bipartidista de ocho senadores, conocido como “La Pandilla de los Ocho”.

Triunfo migrante, derrota fronteriza

Si el proceso legislativo de la reforma migratoria no sufre contratiempos, podemos estar hablando que la presidencia de Barack Obama recompensará a los millones de pobladores de origen migrante que confiaron en él.

El histórico proyecto de ley contempla la naturalización de más de 11 millones de personas sin papeles que actualmente residen en Estados Unidos de manera ilegal.

Empero, la forma en la que pudiera llegar este cambio tiene un alto costo.

La propuesta adoptó una serie de enmiendas presentadas los senadores republicanos John Hoeven (Dakota del Norte) y Bob Corker (Tennessee), la cual plantea “espinar” la frontera.

¿De qué manera? Duplicando la cantidad de agentes de la Patrulla Fronteriza, ampliando la valla que separa México y Estados Unidos mil 100 kilómetros más y destinando miles de millones de dólares en equipos como aviones no tripulados (drones), radares y  monitores antisísmicos.

Esta inversión en seguridad rozaría los 30 mil millones de dólares.

Como era de esperarse, no todos están conformes con esta situación. Uno de ellos es Arturo Carmona, director de la agrupación Presente.org.

Carmona dijo que, tras la aprobación de la enmienda Corker-Hoeven, “no adoptaremos más la estrategia de ‘frontera primero’ sobre reforma migratoria que reina hoy en Washington”, publicó la agencia de noticias The Associated Press (AP).

“Ahora que la legislación pasa a la Cámara Baja, marcamos una línea en la arena porque no podemos y no aceptaremos más medidas extremas disfrazadas como reforma migratoria bipartidista”, agregó.

Igual que del lado liberal, en el bando conservador no existe una satisfacción completa.

El republicano John Boehner supeditó el apoyo a la reforma migratoria siempre y cuando “tenga un apoyo mayoritario de todos los miembros” de su partido.

En otras palabras, en caso de que la Cámara de Representantes pase el proyecto de ley y la envíe de regreso al Senado para su negociación formal, el producto deberá tener el apoyo de la mayoría de los 234 miembros del GOP en la Cámara Baja.

Por su parte, Obama aplaudió la votación de este jueves ya que dijo representa otro paso “para arreglar nuestro sistema migratorio disfuncional de una vez por todas”.

El mandatario llamó, una vez más, a que la propuesta no se estanque, que la Cámara Baja haga lo propio y llamó a todos aquellos involucrados en el tema migratorio a estar atentos en el progreso de esta reforma.

“Ahora es cuando nuestros oponentes se esforzarán más para destruir este esfuerzo bipartidista y así evitar que una reforma sensata se convierta en realidad. No podemos permitirlo”, mencionó el demócrata durante su visita a Senegal.