Barack Obama
Realmente me hubiera gustado ser un gran presidente, y de verdad pensé que podría llegar a serlo. Pero es probable que no suceda.
Olvida lo que le dije en 2010. Eso de que prefiero ser un buen presidente de un plazo que uno mediocre de dos términos.
Fue modestia aparte pero nunca lo dije en serio. De todas formas ahora mismo no estoy pensando en el legado. Yo solo quiero mantener mi trabajo.
La verdad es que los republicanos fueron a cazarme y yo se las puse bastante fácil.
Mi propio sentido de grandeza y las ilusiones acerca de lo que realmente podía lograr les ayudó.
Pensé que estaba destinado a ser un presidente que transformaría las cosas.
Después de todo, yo soy el hombre indicado, a pesar de pasar por la peor recesión económica desde Franklin D. Roosevelt, dos guerras en el extranjero y un sistema político bastante disfuncional.
Pero la verdad es que he leído mal el mapa político y la opinión pública estadounidense.
La mayoría de los estadounidenses sensatos no quieren ser salvados: quieren un tipo que solucione sus problemas.
Subestimé la gravedad del desastre económico que heredé demasiado rápido y me apresuré en la legislación de salud, con partes tan complejas que ni siquiera yo entiendo.
Además no estoy seguro de que realmente se entienda completamente quien soy yo.
No soy un tomador de riesgos. Mis características son buscar el equilibrio y razonar las cosas con frialdad.
Me ha ayudado la política exterior, definitivamente donde he sabido evitar costosos líos.
Pero mi frialdad y mi estilo no me ayudaron mucho en casa, que es lo que en verdad le interesa a la mayoría de los estadounidenses.
La gente está preocupada por el futuro, y yo apenas pude hacer algo en la política interna para tranquilizarlos.
Lo cierto es que a mí no me gusta la política: me falta el valor partidista de Frankie Roosvelt y la originalidad de Ronald Reagan
La única cosa que me queda es que el otro tipo –Mitt “Ricky Ricón” Romney– está más fuera de la realidad de la gente de lo que yo estoy.
Es triste porque, en efecto, me puedo convertir en un presidente mediocre de dos terminos.
Si eso sucede, espero que lo bueno que hice se mantenga, aunque ni siquiera de eso estoy seguro.
Hillary Clinton
Soy una sobreviviente. La vida ofrece retos difíciles pero yo he salido adelante gracias a mi inteligencia.
Me pesa mucho no haber podido ser candidata demócrata a la presidencia, y más si perdí contra un hombre que probablemente no es lo suficientemente listo para la tarea.
Pero mantuve mi dignidad y acepté la derrota.
No he sido quizás la secretaria de Estado de mayor impacto en la historia del país pero,
¿cómo lo haría si mi jefe no me dejó tomar los grandes temas como Irán o el proceso de paz en Israel?
Pero ¿sabes qué? Está bien. Ahora mismo estas cuestiones serían una derrota para mí y puedo ir por ahí dando grandes discursos y recibiendo críticas muy favorables y aplausos aún más grandes sin involucrarme en algo en lo que pudiera meter la pata.
Y bueno, mi tipo de humanismo son temas del siglo 21. Abordar cuestiones de las mujeres, los derechos de la comunidad gay entre otros, me han catapultado a tener mejores índices de aprobación incluso que el presidente.
Sin embargo, me encuentro cansada y necesito un respiro.
Tengo un montón de opciones como escribir un libro, seguir dando discursos y colaborar con Bill, pero todo esto suena bastante aburrido.
La verdad es que no he terminado con la vida pública, pues cuando miro alrededor, son pocos los políticos talentosos con mi experiencia y mis logros.
Si Obama gana en 2012, las posibilidades de que postularme como candidata demócrata a la presidencia y ganar, se reducen.
Pero bueno, yo soy una creadora de tendencias. No puedo esperar a ver a Bill como primera dama.
Mitt Romney
Soy un tipo muy feliz. La vida ha sido muy, muy amable conmigo.
Soy un hombre de fe y he amasado una gran fortuna. Aparte ahora tengo la oportunidad de ser el presidente de Estados Unidos.
Realmente parezco un presidente estadounidense: tengo bastante pelo y lo que otros han tenido en la Casa Blanca (gobernador, empresario y filántropo).
Yo sé que no era la mejor opción para mi partido, pero lo superarán.
Y sé que puede parecer un poco torpe el tono sordo de mi campaña electoral, pero estoy mejorando en ello.
Aparte, tengo dos cosas a mi favor: la economía apesta ahora y seguirá haciéndolo en noviembre.
Si tengo o no una visión y un plan para poner al país de nuevo en marcha es otra cuestión.
Al igual que el presidente, yo también soy un hombre equilibrado, no un ideólogo.
Estoy seguro que para arreglar la economía hay que hacer serios cortes e alzas en los impuestos.
También sé que voy a necesitar la ayuda de los demócratas y de una manera diferente de operar en conjunto.
Mi verdadero problema es que no sé si tengo el coraje y la voluntad para desafiar a mi propio partido que, francamente, está fuera de control.
Pero, de nuevo, no estoy realmente preocupado. Incluso si no gano en noviembre, todavía voy a ser un tipo muy feliz con una esposa maravillosa e hijos.
Yo aún tengo mi fe, mi familia y un montón de dinero también.
Benjamin Netanyahu
Sé que generalmente soy una persona que habla con una gran confidencia pero la verdad es que soy un hombre preocupado.
Pero ¿qué esperaban? Los judíos nos preocupamos por vivir.
Últimamente he tenido una racha de buena suerte: he manejado bien a mis rivales y evité las elecciones tempranas en Israel.
Enfrentémoslo: entre más arruinado esté el mundo árabe, más evito tomar decisiones con respecto a los palestinos.
Créanme, las negociaciones con los palestinos no nos llevarán a ninguna parte.
Lo que ellos quieren de mí –modificación de las fronteras, capital en Jerusalem del Este, soberanía y el “derecho de regresar a sus tierras”- no se los voy a dar.
Lo que yo quiero es que reconozcan a Israel como un Estado para los judíos y que el mundo sepa que Israel nunca podrá ser un Estado Palestino.
Israel tiene miedos: una bomba iraní o una paz endeble con el conflictivo Egipto.
Mi predecesor dijo alguna vez que el Primer Ministro de Israel debía dormir con un ojo abierto. Bueno, yo duermo con los dos abiertos.
Aparte, la relación con mis únicos aliados, que son los estadounidenses, es complicada.
Espero que mi gran amigo Mitt Romney gane. Él tiene muy buenos deseos para Israel.
Bachar al-Assad
Parece que estoy en problemas. Pensé que era bastante listo cuando tomé este trabajo.
Abrí la economía y atraje la inversión extranjera.
Damasco jamás lució tan bien: llena de hoteles, restaurantes de categoría y muchas luces nocturnas.
Pero no pude escapar de mis raíces: soy un hombre rudo y ni una linda esposa ni hijos tiernos pueden cambiar eso.
Engañé a los europeos e incluso a algunos norteamericanos por un tiempo.
Pero cuando creces en una casa como la mía (una combinación entre mafiosos y una familia oscuramente excéntrica), tú eres lo que eres.
En mi caso, tuve todas las fallas de mi padre y ninguna de sus fortalezas. Él mató unos 30 mil sirios hace treinta años y logró seguir siendo presidente por muchos años más.
Yo ya he masacrado a mucha gente y quizás tenga que obligarme a salir. No quiero terminar como Gadhafi.
Pero no todo está perdido, los rusos están conmigo…por ahora.
La ONU es irrelevante y a los turcos les asusta su propia sombra. En Estados Unidos están más preocupados por sus asuntos internos para arriesgarse a otra intervención militar.
Tendré que mantener el avión preparado con suficiente vodka y caviar para el camino a Moscú, aunque sea demasiado frío.
Al final de cuentas, Rusia siempre será una alternativa.