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Regresa la calma

La respuesta nacional no se hizo esperar. 

Después de que el lunes por la tarde y noche centenares de manifestantes –en su mayoría jóvenes afroamericanos– pelearon con las fuerzas del orden, quemaron vehículos y saquearon tiendas, la paz volvió ayer a Baltimore, Maryland. 

Unos 2 mil elementos de la Guardia Nacional y más de mil oficiales de policía del estado de Maryland y de entidades vecinas se encuentran en la ciudad para prevenir que el caos regrese.

Los desmanes ocurrieron tras el funeral de un joven afroamericano que murió en custodia de la policía

La respuesta nacional no se hizo esperar. 

Después de que el lunes por la tarde y noche centenares de manifestantes –en su mayoría jóvenes afroamericanos– pelearon con las fuerzas del orden, quemaron vehículos y saquearon tiendas, la paz volvió ayer a Baltimore, Maryland. 

Unos 2 mil elementos de la Guardia Nacional y más de mil oficiales de policía del estado de Maryland y de entidades vecinas se encuentran en la ciudad para prevenir que el caos regrese.

Mientras tanto, la alcalde de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, ordenó un toque de queda desde las 22:00 horas hasta las 06:00 horas del miércoles.

Además, las escuelas públicas permanecieron cerradas, así como la Universidad Johns Hopkins.

El origen del caos

Los disturbios en Baltimore suceden después de manifestaciones a lo largo del país a causa de las muertes de hombres negros a manos de la policía, los cuales incluyen a Michael Brown en Ferguson, Missouri; Eric Garner en Nueva York; y Walter Scott en Carolina del Sur.

En este caso, los enfrentamientos surgieron tras días de protestas sobre Freddie Gray, quien misteriosamente murió en custodia el 19 de abril, una semana después de que la Policía de Baltimore lo arrestara.

Según varios reportes, durante su detención, agentes golpearon brutalmente al joven, a tal grado de fracturarle la columna vertebral en varias partes, y luego no le proporcionaron la debida atención médica.

Problema sistemático

“Estamos hablando de años y décadas de desconfianza, o infortunio o desesperación que se está manifestando en enojo”, le dijo ayer el miembro del cabildo de Baltimore Brandon Scott a CNN.

Por su parte, el presidente Barack Obama dijo entender el descontento, pero condenó la violencia. “Cuando individuos toman palos y comienzan a tirar puertas para saquear, no están protestando. No están declarando algo. Están robando”, dijo en conferencia pública.

No obstante, expresó que “algunos policías no están haciendo lo correcto”, y que la tensión entre las fuerzas del orden y la comunidad afroamericana nace de una “lenta crisis” que se ha estado gestando por décadas.

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