Estamos hablando de la persona que va a hacer que México pague por el muro que prometió Trump. El que negocie las deportaciones masivas. El que minimice –o no–, el discurso racista y xenófobo del presidente Trump. El que vele por los millones de norteamericanos viviendo en México.
Para empezar, 2 millones de estadounidenses viviendo en territorio mexicano. Eso convierte a México en el país con la mayor comunidad de estadounidenses viviendo fuera de Estados Unidos: y es también –irónicamente– una cifra directamente proporcional al número de mexicanos que Donald Trump aseguró que expulsaría de su país.
Pero esta cifra no solo es relevante para la economía de México, también lo es para la economía norteamericana.
Solo se habla de la importancia que tienen los Estados Unidos para México, y de las terribles consecuencias que habrá para el país bajo la administración de Donald Trump.
Sin embargo, poco se dice de la importancia que tiene México para Estados Unidos, y cómo el discurso y las medidas de Trump amenazan a su propia economía y a la de sus conciudadanos residiendo en nuestro país, así como en el propio territorio estadounidense.
“Esta cuestión es fundamental. En términos comerciales, México es sumamente importante para nosotros. Pues en la mayoría de los estados de la unión americana, forzosamente figura México como el primero, segundo o tercer socio comercial, es el más importante en exportaciones. En ese sentido, en términos comerciales, para Estados Unidos la relación con México es vital”, explica Larry Rubin, empresario mexicoamericano y representante del Partido Republicano en México, quien es señalado como el posible candidato para ocupar la Embajada de Estados Unidos en México bajo la administración de Donald Trump.
“Queda claro que en la relación comercial, México es vital para Estados Unidos, no solo por la frontera que comparten, sino también por diversos temas que enlazan esta histórica relación”, asegura Rubin, experto en la relación bilateral entre Estados Unidos y México. Estamos hablando de que la mitad de los estados de la unión americana, comercian con México.
Nada más por mencionar algunos estados como Indiana, Wisconsin y Texas, que fueron estados cruciales que definieron las elecciones y que le dieron la victoria a Donald Trump, pero que también son los estados que más se beneficien de las relaciones comerciales con México.
Entonces, ¿cuál será la difícil tarea diplomática que tendrá el hombre fuerte de Trump en México?
Retos del Embajador de Trump
Trump propuso construir un enorme muro fronterizo, deportar a millones de trabajadores mexicanos indocumentados, renegociar el TLCAN e imponer altos aranceles, de hasta un 35 por ciento a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos.
Muchos expertos aseguran que el muro no puede ser construido porque grupos ambientales entorpecerían el proceso en los tribunales. Además de que sería carísimo hacerlo.
Las deportaciones a gran escala también son improbables, dado su costo y el vigoroso y tardado litigio de los grupos de defensa.
Con el tiempo, cualquier arancel que la nueva administración imponga a las exportaciones mexicanas probablemente será derrocado por la misma Organización Mundial del Comercio (OMC) – suponiendo que Trump no actúe sobre su amenaza de retirarse de este organismo también.
Mucho se habla del Mexit como una expulsión de facto y unilateral de México, a manos de EU, pero ¿que tan dañino sería el llamado Mexit para EU en términos comerciales y diplomáticos?
“Vivimos tiempos muy tensos y complejos. Uno de los retos que tendrá el nuevo embajador será el de poder entender perfectamente las sensibilidades de los mexicanos y los temas centrales para México y saberlos transmitir en Washington; a la vez que es capaz de traducir los deseos de Washington y el sentir de los norteamericanos en México”, explica Rubin.
“Hoy más que nunca necesitamos ese tipo de sensibilidad y entendimiento mutuo. Hay una agenda bilateral de una naturaleza muy compleja y amplia. Pero sin duda ésa será una de las tareas más importantes que tendrá el próximo embajador: poder dialogar con Washington entendiendo a México y a los mexicanos, y viceversa, para ser un punto constructivo entre las dos naciones”.
De padre estadounidense y de madre mexicana, Rubin es el presidente de la junta directiva de la American Society of Mexico desde donde dice, las inquietudes de los empresarios norteamericano en México crecen cada día.
El presidente Trump va a empezar las conversaciones con los empresarios norteamericanos con respecto al TLCAN, para tener una agenda previa a la reunión con Peña Nieto, el próximo 31 de enero.
“Hay cosas que Trump dijo que, en mi particular opinión, van en contra de esta relación positiva. Sin embargo, lo cierto es que él ya es presidente, y yo puedo ser de más ayuda desde el interior de esta nueva administración, dando un punto de vista diferente al que otros puedan darle en Washington”.
El poder ser una voz diferente a lo que se escucha en Washington, es la principal prioridad de Rubin de ser elegido embajador, “y lo haré entregado a este propósito.”
“He tenido acercamientos muy positivos con los más altos funcionarios de la administración Trump en los últimos días. Pero en todo caso, yo no he dejado de portar la bandera de México y de Estados Unidos. Lo que yo promuevo es que la relación bilateral crezca y se fortalezca.”