Mientras suenan las sirenas en el trasfondo, contrabandistas de migrantes empujan a adultos y niños bajo una cerca fronteriza pese a las demandas del agente al otro lado de que regresen a México.
“¡Regresen!”, dice el agente en uno de dos videos dados a conocer el martes por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) que muestran lo dramáticos y peligrosos que pueden ser los cruces de migrantes a Estados Unidos cuando hay niños pequeños.
“¡No lo hagas! ¡Mira al niño!”, grita el agente en el video del 18 de diciembre mientras los contrabandistas empujan a adultos y niños a través de un hueco en la barrera de balizas de metal y junto a un rollo de alambre de púas en la frontera en Yuma, Arizona.
“¡Hey, cuidado! ¡Cuidado con el niño!”, grita el agente en tono alarmado cuando un hombre sale del hueco con dos niñitos.
Los videos salieron a la luz en medio de un aumento del número de familias de migrantes arribando a la frontera, que está abrumando los centros de procesamiento y detenciones.
Un número récord de familias cruzó a Estados Unidos en meses recientes, lo que ha resultado en una expansión de lo que el presidente Donald Trump llama “pesca y liberación”: dejar en libertad a personas con las que el sistema simplemente no puede lidiar.
En el otro video dado a conocer el martes, varios niñitos lloran mientras contrabandistas tratan de meter a adultos y niños por un hueco en la cerca fronteriza que pasa por un canal lleno de agua. El video del 22 de diciembre fue tomado en la misma zona del otro y es un poco más difícil de entender.
Texto incluido en el video dice que las autoridades mexicanas acudieron en la segunda instancia y pudieron frenar el intento de cruce de la frontera.
Dice que una mujer a la que se exhortó a regresar con su familia al lado mexicano se quedó en Estados Unidos y se entregó a las autoridades.
Grupos sin fines de lucro que trabajan con las familias que cruzan la frontera dicen que muchas están escapando de la violencia en sus países, especialmente Guatemala y otras partes de Centroamérica.
“Llevas a tu niño a la experiencia de caminar largas distancias, pasar hambre, pasar frío, lo arriesgas todo”, dijo Connie Phillips, presidente de Servicios Sociales Luteranos del Suroeste en Phoenix. “Y estar en ese punto en el que no tienes esperanza, no creo poder imaginármelo en toda mi vida”, agregó.