El presidente de Egipto, Mohammed Morsi, e integrantes del Consejo Judicial Supremo se reunieron en un intento para superar la crisis que estalló hace cuatro días y que ha acarreado una nueva ronda de turbulencia política que azota al país.
Morsi rechazó anular las enmiendas constitucionales en una postura intransigente en torno a los poderes casi absolutos que se ha arrogado.
Por su parte, los simpatizantes de Morsi cancelaron una manifestación multitudinaria que habían organizado para el martes a fin de contrarrestar una movilización de oponentes al mandatario.
De acuerdo a un comunicado presidencial, Morsi dijo a los jueces que aunque la declaración constitucional que anunció el jueves le concede inmunidad frente a cualquier poder, él pretende restringirla sólo a lo que describió como “asuntos de soberanía”.
Esos asuntos no quedaron definidos en el contenido impreciso del comunicado, pero la interpretación generalizada es que quizá se refieran a declaración de guerra, imposición de la ley marcial, rompimiento de relaciones diplomáticas con otra nación y despido del gabinete.
El Consejo Shura no tiene autoridades legislativas, pero ante la ausencia de la cámara baja más poderosa, la Asamblea Popular es la única instancia de elección popular donde la Hermandad y otros islamistas tienen mayoría.
La Asamblea Popular fue disuelta en junio mediante el fallo de un tribunal.
En su reacción, el sistema judicial describió los decretos como una usurpación del poder y una “agresión” a la independencia de ese poder. Los jueces y fiscales se ausentaron domingo y lunes de numerosos tribunales en El Cairo.
(Fuente AP)