Rusia enfrenta un nuevo golpe de la comunidad internacional y es expulsado del Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Con el fin de sancionar al gobierno de Vladimir Putin por la guerra en Ucrania, su país fue excluido del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, una decisión que aunque especialistas califican como simbólica, puede postergar el entendimiento entre la comunidad internacional y Moscú
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Hace 46 días, el lado este de Ucrania fue invadido por las tropas de Rusia. Al paso del tiempo, las fuerzas armadas fueron adentrándose al país europeo, dejando a su paso personas heridas, muertas y edificaciones destruidas.

Debido a esos escenarios, los cuales siguen registrándose hasta el día de hoy obligando a millones de ucranianos a abandonar su territorio, la comunidad internacional, principalmente de Occidente, ha alzado su voz en contra del gobierno ruso y de su presidente, Vladimir Putin.

Durante las primeras semanas de la invasión, Rusia comenzó a recibir distintas sanciones por sus actos, siendo las represalias económicas las que más se impulsaron, así como en materia de comercio, energía, transporte y defensa.

A esa lista de castigos, el pasado jueves se sumó otra medida más, expulsando a la nación del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones.

Mientras que países como Irán, Kazajistán, Bolivia y Nicaragua unieron su voto al de Rusia en contra de su salida, Estados como Argentina, Australia, Japón, Perú, Corea del Sur y la Unión Americana se opusieron.

Al conocer el resultado final, Gennady Kuzmin, miembro de la delegación rusa ante la ONU, calificó la expulsión como “ilegítima”, anunciando por su cuenta su retirada del Consejo. Sin embargo, su actitud fue criticada, asegurándole que no podía retirarse cuando dos terceras partes ya lo habían hecho.

Ante este panorama, el doctor Francisco Daniel Abundis, del Departamento de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara, opina que el golpe que recibió Rusia con esta expulsión fue sobre todo simbólico, recordando que aún sigue siendo parte del Consejo de Seguridad, donde continúa demostrando su poder e impulsando decisiones en términos políticos.

“Considero que es más bien una carga simbólica al conocerse las violaciones de derechos humanos que se dieron en Bucha, donde las pruebas son claras: murieron muchas personas”, apunta.

El lunes pasado, fue Linda Thomas-Greenfield, embajadora estadounidense ante la ONU, quien propuso la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos tras las acciones registradas en la ciudad cercana a Kiev, donde fueron encontrados cientos de cuerpos calcinados sobre las calles, así como semi enterrados en fosas comunes, después de que las tropas rusas tomaran la zona por más de un mes.

Esos actos fueron criticados por líderes políticos como Joe Biden, presidente de Estados Unidos, como “crímenes de guerra”, mientras que por su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenki, como pruebas de “genocidio”; opinones que se tomaron en cuenta para confirmar la salida de Rusia.

Rusia Sin oportunidad diplomática

Al darse a conocer la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el gobierno de Vladimir Putin se quedó sin una acción esencial: exponer ante un foro internacional su perspectiva de los hechos.

Óscar Abad, internacionalista de la UNAM, opina que aunque con esta salida se castigó al gobierno ruso, también entorpeció el procedimiento para seguir encontrando junto a los representantes de Putin a los responsables de “todas las atrocidades”.

“Aunque con esta expulsión parte de lo que se genera es un llamado a nivel internacional para hacer evidente que quien no está actuando de manera correcta es Rusia, al expulsar a un miembro de este Consejo se hace un poco más difícil poder generar una especie de justicia en el ámbito de las relaciones internacionales con base en los derechos humanos”, detalla el también docente de la Universidad Anáhuac.

Para él, se pudo evitar la salida de Rusia para seguir fortaleciendo mecanismos diplomáticos, y así exigir una explicación de su parte por todo lo que se ha registrado en Ucrania, principalmente en Bucha, la ciudad con más afectaciones de la guerra hasta el momento.

“Considero que con este tipo de medidas se puede postergar incluso hasta  el entendimiento y el uso de la razón entre la comunidad internacional y Rusia”, añade Abad.

Por otro lado, el también egresado del Instituto de Estudios Políticos Sciences-Po en Francia, comparte que al darse la votación entre los miembros de las Naciones Unidas, el gobierno de Putin podría tomar hasta cierta ventaja, confirmando qué naciones están de su lado y con cuáles no puede contar.

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