En un “show” se han convertido los tiroteos públicos en Estados Unidos (EU).
Un hombre asesinó ayer a una reportera y a un camarógrafo que transmitían en vivo para WDBJ7, una filial local de CBS en Moneta, Virginia.
El presunto atacante y exempleado de la estación, Bryce Williams, publicó imágenes en las redes sociales en las que se muestra, desde su perspectiva, cómo iba a disparar en contra de los periodistas Alison Parker y Adam Ward.
Williams, quien también responde al nombre de Vester Flanagan, murió más tarde en el hospital por una herida que él mismo se provocó.
Vicki Gardner, una funcionaria local que estaba en entrevista con las víctimas, recibió una cirugía de emergencia que la dejó en situación estable.
Los directivos de la estación televisiva se mostraron impactados por la noticia, aunque revelaron que Williams mostraba problemas de ira antes de despedirlo, en el 2013.
“Este tipo de pérdida resonará en estos pasillos por un largo tiempo mientras recordamos, cómo, en sus cortas vidas, produjeron periodismo dedicado y cómo eran unos periodistas sobresalientes”, expresó a USA Today Jeffrey Marks, gerente general.
“Sólo estaban allá afuera haciendo su trabajo”.
El incidente trascendió las fronteras al ocupar las principales páginas de los medios internacionales y reencender el debate sobre el control de armas en EU.
Pistoleros en busca de ‘gloria’
El ataque de Williams ocurre días después de que la Universidad de Alabama publicó un estudio que muestra que en EU ocurrieron 31 por ciento de todos los tiroteos públicos masivos del mundo que se registraron entre 1966 y 2012.
Esto significa que EU, que cuenta con sólo el 5 por ciento de la población mundial, es el primero de una lista de 170 países con estos incidentes.
Al publicar la investigación, el profesor Adam Lankford expuso que esto se debe a la alta disponibilidad de armas y a que los pistoleros buscan ganar fama ante la frustración que sienten por no alcanzar el “sueño americano”.
“En Estados Unidos, donde muchos individuos son socializados para asumir que alcanzarán grandes niveles de éxito y alcanzar el ‘sueño americano’, podría haber particularmente altos niveles de estrés entre aquellos que encuentran sus metas bloqueadas o que tienen interacción negativa con sus colegas y jefes”, detalló.
“Otros países ciertamente tienen su parte de personas que lidian con estos problemas, pero son menos propensos a sufrir de delirios de grandeza que son comunes en los perpetradores de EU, y, por supuesto, menos propensos a obtener las pistolas necesarias para estos ataques”.
La pesquisa exhibió que EU tuvo 90 tiroteos públicos masivos, balaceras en las que mueren cuatro o más víctimas, mientras que los siguientes cuatro lugares tuvieron menos de 20: en Filipinas, 18; en Rusia, 15; en Yemen, 11, y en Francia 10.
Con un estimado de 300 millones de armas en manos de civiles, EU es el país del mundo con el mayor índice de pistolas por persona, alrededor de 0.9.
The Economist publicó la semana pasada que los estadounidenses tienen cinco veces más probabilidades de ser víctimas de homicidio que los británicos y 40 veces más posibilidades de morir por culpa de una pistola.
“(EU) mantiene su reputación como un país desproporcionadamente peligroso”, añadió la revista.
¿Pasará algo?
Frustrados por el alto número de balaceras y el poder de Asociación Nacional del Rifle (NRA), algunos políticos exigieron tomar medidas para controlar las armas.
“Tenemos que hacer algo sobre la violencia de armas en Estados Unidos, y yo tomaré cartas en el asunto”, manifestó ayer Hillary Clinton, ex secretaria de Estado y la favorita del partido demócrata para buscar la presidencia en el 2016.
“Hay mucha evidencia de que, si las pistolas no estuvieran tan accesibles, si hubiese un sistema universal de verificación de personal, tal vez prevendríamos estas masacres”.
La administración del presidente Barack Obama, quien ha dicho que el descontrol de armas es la mayor frustración de su gestión, lamentó la falta de acción del Congreso.
“Esto es otro ejemplo de la violencia de armas que se está volviendo demasiado común en comunidades grandes y pequeñas en todo Estados Unidos”, declaró Josh Earnest, vocero de la Casa Blanca.