Las palabras esperanza (hope), cambio (change) y progreso (forward) fueron el estandarte de la campaña presidencial del hoy mandatario norteamericano Barack Obama.
En sus cinco años al frente del gobierno de Estados Unidos han abundado las propuestas que buscan la paz, la integración de las minorías en el país y el fin de añejos conflictos bélicos.
Sin embargo, hemos visto muchas palabras pero pocos hechos.
La paz en las ocupaciones de Medio Oriente –Irak y Afganistán– no se ve en el horizonte. Su gobierno se ha topado una y otra vez con el muro conservador en la lucha contra las armas y la reforma migratoria apenas comienza a tomar forma.
A ello le agregamos el cierre de Guantánamo, uno de sus principales compromisos antes de llegar a la Casa Blanca, el cual todavía no ocurre.
Ayer, durante su gira europea, el demócrata llamó a construir un mundo “sin armas nucleares”.
Para ello, dijo que su país reducirá su armamento atómico, lineamiento incluido en los acuerdos START firmados en 2010.
No obstante, para que esto se cumpla, Rusia primero tendrá que dar su brazo a torcer.
El armamento soviético de destrucción masiva es actualmente el más grande en el mundo, seguido del estadounidense.
A pesar de que con los pactos previos para disminuir la cantidad de armas atómicas en estas dos naciones ha sido cuantitativamente positivo –después del Tratado de Moscú, firmado en 2002, Rusia y Estados Unidos redujeron un tercio de su poderío armamentístico– las expectativas deben de ser mesuradas.
Para que lo pactado se cumpla, en conjunto deberían de cortar de tajo de su capacidad nuclear y limitarse a tener mil 550 cabezas nucleares.
De acuerdo al Boletín de Científicos Atómicos, publicado en 2009, ambos países acumulan más de 20 mil reservas atómicas –EU 9 mil 552 y los rusos 12 mil 987–, distribuidas en misiles de corto alcance, proyectiles balísticos intercontinentales, misiles submarinos y otras miles más en reserva o esperando ser desmanteladas.
“Las amenazas de hoy en día no son tan crueles como lo eran hace medio siglo, pero la lucha por la libertad, la seguridad y la dignidad humana, esa lucha continúa”, dijo Obama en su visita a Alemania, la tercera de su administración.
El mandatario llama de nuevo a tener esperanza pero, la paciencia se va agotando y más si las propuestas que alguna vez fueron su carta más fuerte, se quedan en buenas intenciones.
Las promesas incumplidas
— Paz con los talibanes
Menos de 24 horas duró el júbilo generado por el posible fin del conflicto de 12 años entre talibanes afganos y Estados Unidos.
Este martes, miembros del grupo extremista con presencia en Medio Oriente y Asia Central acordaron dialogar con autoridades estadounidenses en las próximas semanas en Doha, capital de Qatar.
El encuentro busca definir los detalles posteriores a la salida formal de las tropas norteamericanas en 2014.
No obstante, el presidente afgano Hamid Harzai vino a trompicar los intentos de paz y se negó a formar parte.
“Ya que el proceso de paz no es encabezado por el gobierno afgano, el Alto Consejo de Paz no participará en las conversaciones en Qatar”, sentenció Karzai este miércoles.
El Alto Consejo de Paz es un órgano creado en 2010 para negociar una tregua con los talibanes, ligados con Al Qaeda.
La negativa del Estado afgano de participar en las conversaciones se debe a discrepancias en cómo Estados Unidos ha manejado la situación.
“Hay una contradicción entre lo que el gobierno de EU dice y lo que hace, en referencia a las pláticas de paz con Afganistán”, dijo a la agencia AFP Aimal Faizi, vocero del presidente Karzai.
— Eliminar los ríos de armas
La matanza en la primaria Sandy Hook fue un parteaguas en la lucha del actual gobierno de EU por erradicar la violencia inflingida a través de las armas de fuego.
El 14 de diciembre de 2012, el joven Adam Lanza arribó al centro educativo localizado en Newtown, Connecticut. Ahí abrió fuego a maestros y estudiantes por igual.
La vorágine se cobró la vida de 26 personas, 20 de ellas niños.
Aquél triste día impulsó a Barack Obama dar un golpe de timón y anunciar un esquema de 23 acciones ejecutivas encaminadas a mayores restricciones en el manejo de los fusiles.
A través del vicepresidente Joe Biden, Obama se ha enfrentado a la férrea resistencia de grupos conservadores y del Partido Republicano en el Congreso, quienes son los principales promotores de las libertades armamentistas en Estados Unidos.
De momento, el proyecto de ley de ampliar las revisiones de los antecedentes a las personas que compran rifles ha quedado en meros intentos.
En abril pasado, el Senado bloqueó dicha iniciativa, lo cual fue una dura derrota para el mandatario en empeño por reducir las muertes violentas a través de esta estrategia.
Sin el apoyo del Congreso, el sueño del presidente de detener los mares de armas en EU se quedará en eso, un deseo no concretado.
— Reforma migratoria no llega
Los millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos vieron en el ascenso de Obama a la Oficina Oval como la oportunidad esperada para alcanzar la ciudadanía.
Esto se ha visto reflejado en el respaldo que los hispanos le han dado: en 2009, año de su primera juramentación, estos le dieron 79 puntos de calificación, de acuerdo a encuestas realizadas por Gallup.
Y aún y con su récord de deportaciones, la población latinoamericana lo respaldó en su elección de 2012 y ha renovado su apoyo con un 70 por ciento de aprobación en 2013, la cuarta más alta de su presidencia.
Empero, la reforma migratoria aún está lejos de ser una realidad, luego de verse estancada en el Congreso por confrontaciones entre republicanos y demócratas.
Un grupo bipartidista, conocido como “La pandilla de los ocho”, ha esbozado el segundo proyecto sobre la inmigración, el cual va encmainado a labrar el camino a la ciudadanía a los 11 millones de ilegales.
Sin embargo, aún falta que se libren grandes batallas en la Cámara Alta antes de que esta sea aprobada.
¿Algún día Obama les regresará el favor a todos los latinos que votaron por él?
— La eterna propuesta de Guantánamo
Con la propuesta del cierre de la cárcel en la base naval de Guantánamo pasa algo similar que con la reforma migratoria: fue una promesa de campaña que se fue diluyendo conforme dejó de ser prioridad y que grupos políticos han evitado que se lleve a cabo.
Esta semana, Obama anunció la elección de Clifford Sloan, un destacado abogado de Washington, para encargarse de la clausura de la prisión.
Guantánamo ha ganado una fama negativa desde que inició la denominada guerra contra el terrorismo, la cual data de los años del expresidente George W. Bush.
John Kerry, titular de la Secretaría de Estado, dijo que Sloan y él comparten “la convicción del presidente de que la operación permanente de Guantánamo no favorece nuestros intereses de seguridad”, reportó The Associated Press.
Sin embargo, el Congreso ha sido nuevamente una piedra en el camino de Obama, ya que la Cámara de Representantes presentó la el viernes anterior un proyecto de ley de presupuesto equivalente a 638 mil millones de dólares para evitar el cierre del centro de detención. La situación sigue en el aire.