Se refugia Dilma en la austeridad
La presidenta de la mayor potencia de Latinoamérica, Dilma Rousseff, anunció ayer que reducirá el número de ministerios del Gobierno, de los 39 actuales a 29, y 22 mil cargos de confianza en todo el país.
Las medidas de austeridad buscan recuperar cierta confianza del electorado en un momento en el que Dilma se encuentra sumergida en una crisis política y económica. Hace tan sólo unas semanas se realizaron masivas protestas en Brasil que reunieron a más de 800 mil personas en un centenar de ciudades para exigir la dimisión de la presidenta.
Indigo Staff
La presidenta de la mayor potencia de Latinoamérica, Dilma Rousseff, anunció ayer que reducirá el número de ministerios del Gobierno, de los 39 actuales a 29, y 22 mil cargos de confianza en todo el país.
Las medidas de austeridad buscan recuperar cierta confianza del electorado en un momento en el que Dilma se encuentra sumergida en una crisis política y económica. Hace tan sólo unas semanas se realizaron masivas protestas en Brasil que reunieron a más de 800 mil personas en un centenar de ciudades para exigir la dimisión de la presidenta.
Por su parte, el mercado financiero ha corregido sus previsiones para el siguiente año y espera que la actual recesión del país se extienda hasta el 2017.
De tal modo y para poner ejemplo, Rousseff decidió comenzar por la casa y recortó miles de empleos del Gobierno para mandar una clara señal de que está comprometida con la austeridad y el bienestar del país.
Además de las malas condiciones económicas, el actual gobierno tiene que enfrentar el escándalo de corrupción de Petrobras que involucra a varios altos funcionarios que trabajaron en la petrolera cuando Dilma estuvo a cargo.
Exceso de cargos
En el último mandato del ex presidente Fernando Henrique Cardoso que acabó en el 2002, Brasil contaba con 24 ministerios. En su momento, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva creó 15 nuevos ministerios en poco más de 10 años.
A pesar de que el número de ministerios era criticado por una gran grupo de los brasileños, Dilma Rousseff los defendió y calificó de necesarios.
Pero ahora que la actividad económica sigue sin repuntar (en el segundo trimestre se contrajo en un 1.89 por ciento), la tasa de desempleo se encuentra en el 7.5 por ciento y se esperan contracciones económicas para los siguientes dos años, la presidenta se vio obligada a replantear sus declaraciones.
De acuerdo con cifras publicadas por el Banco Central de Brasil, este año la economía se contraerá 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en el 2016 será de 0.15 por ciento.
También se prevé que la inflación llegue hasta el 9.2 por ciento a finales del año y persista durante el 2016.
De ser la estrella de los emergentes y la gran promesa de latinoamérica, Brasil ahora se encuentra rebasada por la volatilidad de los mercados.