Seguridad en huelga

Faltan tres semanas para la Copa del Mundo, pero en las calles brasileñas no cesan los encontronazos. 

Esta semana, los policías y transportistas realizaron una huelga con la que paralizaron a 13 estados de Brasil, de los que seis serán sedes mundialistas.

Ambos grupos de trabajadores exigieron mejores condiciones laborales y un reajuste salarial.

En todos estos estados, apenas 30 por ciento del total de fuerzas policiacas se presentó a trabajar, informó la prensa extranjera.

63%
de los paulistas no quieren que haya protestas durante el Mundial

Faltan tres semanas para la Copa del Mundo, pero en las calles brasileñas no cesan los encontronazos. 

Esta semana, los policías y transportistas realizaron una huelga con la que paralizaron a 13 estados de Brasil, de los que seis serán sedes mundialistas.

Ambos grupos de trabajadores exigieron mejores condiciones laborales y un reajuste salarial.

En todos estos estados, apenas 30 por ciento del total de fuerzas policiacas se presentó a trabajar, informó la prensa extranjera.

“¿Sabe cuál será el legado del Mundial para la seguridad pública? Ninguno. Los índices de criminalidad van a bajar durante el evento y después todo volverá a ser igual”, señaló al diario chileno La Tercera Janio Gandra, líder de la Confederación de Policías. 

En Sao Paulo, la ciudad más grande del país, 2.5 millones de personas resultaron afectadas por el paro de los transportistas, que causó que mil 200 autobuses estuviesen fuera de circulación.

En Río de Janeiro, la principal sede del Mundial, las huelgas de los conductores han afectado la vida cotidiana de los habitantes durante este mes. 

“Despedazaron cientos de autobuses”, reportó ayer O Globo, “los efectos también fueron devastadores para el comercio, que tuvo un perjuicio de cerca de 280 millones de reales (126 millones de dólares), 70 por ciento de la facturación diaria del sector”.

Son estos estragos los que ya hartaron a la población brasileña, que no quiere Copa, pero tampoco protestas.

Una encuesta de la agencia Datafolha reveló ayer que 73 por ciento de los paulistas creen que las protestas traen más perjuicios para la sociedad que beneficios.

El sondeo también mostró que apenas 52 por ciento de los ciudadanos apoyan las manifestaciones, 22 puntos porcentuales menos que en septiembre del 2013.

“Crear un clima de agitación con huelgas oportunistas y exigencias excéntricas, dada la inminencia de la realización de la Copa, en nada ayuda. Lo único que hacen esos trabajadores es perjudicar al pueblo”, manifestó un lector al diario Folha de Sao Paulo.

De hecho, el 76 por ciento de los paulistanos teme que durante la realización del Mundial aumenten las marchas, lo que contrasta con el clima de tranquilidad que la presidenta Dilma Rousseff prometió hace una semana.

Otro contraste es que 66 por ciento de los encuestados creen que la Copa traerá más perjuicios que beneficios, pero 63 por ciento están en contra de que haya más manifestaciones durante el torneo. 

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