Considerado un símbolo religioso ostentoso en el debate actual, la controversia en torno al burkini -una prenda de baño que cubre el cuerpo de las mujeres musulmanas- gana terreno en Francia con un tercer municipio que prohíbe el traje de baño completo.
Hace unos días la asociación Smile 13 -una asociación de mujeres musulmanas que trabaja en los barrios empobrecidos del norte de Marsella- organizó una salida a un parque acuático privado del sur de Francia para las mujeres y sus hijos menores de 10 años en donde se les exigía usar la prenda.
La asociación que había reservado el Speed Water Parc para el día 10 de septiembre, aconsejó a sus miembros no usar bikini de dos piezas para este evento, sino uno traje que cubriera el cuerpo “del pecho a las rodillas”.
La controversia llegó por primera vez en las redes sociales antes de ser tomada por la clase política y encontrar un eco en la prensa internacional.
Michel Amiel, alcalde de Pennes-Mirabeau, localidad de 20 mil habitantes donde se encuentra el parque acuático, anunció una ordenanza municipal para prohibir el evento por la posibilidad de que este provocara “problemas de orden público”.
Y es que en Francia, los signos religiosos, incluido el velo islámico, están prohibidos en todos los establecimientos educativos, salvo en las universidades y para los trabajadores de los servicios públicos.
A raíz de la polémica, el centro acuático SpeedWater Park y el alcalde del municipio que lo aloja cerca de Marsella decidieron no darle seguimiento a la petición de las mujeres y anularon el encuentro por mutuo acuerdo.
“Hemos visto las reacciones en las redes sociales. Son completamente escandalosas islamófobas, xenófobas, racistas, y condeno enérgicamente, pero dadas las circunstancias, se debe avanzar hacia el apaciguamiento”, señaló Michel Amiel para France Bleu Provence.
Por su parte, la asociación Smile 13 publicó un comunicado de prensa muy detallado en su página de Facebook.
“Estamos tristes y preocupados por presenciar este torrente de odio racista, groserías y amenazas no solo hacia la asociación, sino también de forma individual”, expresando su “sorpresa y desazón de las extensión de la controversia”. Funcionarios de la agrupación mencionan “amenazas de muerte dirigidas contra los miembros del equipo”, en la que una persona habría recibido “una carta certificada con balas de revólver”.
Prohibición en la Costa Azul
El veto a los llamados burkinis en plena temporada de vacaciones en la Riviera francesa se produce en un país en luto tras los mortales atentados islamistas en Niza y en una iglesia católica en el noroeste de Francia.
El alcalde de Cannes, David Lisnard, firmó una ordenanza prohibiendo la ropa de playa que no respete “la buena moral y el secularismo”, señalando que los trajes de baño que “manifiesten afiliación religiosa de una forma ostentosa, mientras Francia y sus centros religiosos son objeto de ataques terroristas, podría crear riesgos de alteración del orden público”.
Y es que si la ley francesa prohíbe el velo integral en los espacios públicos, nada prohíbe el uso de signos religiosos, pues la circular sobre la ley de 2010 sobre el velo sólo prohíbe la ocultación del rostro en el espacio público, y que corresponde especialmente al niqab.
El burkini, que cubre el cuerpo sin ocultar la cara, es de hecho, completamente legal.
Sin embargo, en entrevista para Nice Matin, el alcalde de Cannes señaló que tomó esa orden, entre otras, para asegurar la seguridad de la ciudad en un contexto de Estado de emergencia.
“(…) No prohíbo el velo o la kipá, ni la cruz, simplemente prohíbo un uniforme que es el símbolo del extremismo islámico. Hay que dejar de caricaturizar esta prohibición. Vivimos en un espacio público común, y hay reglas a seguir”, dijo.
Por su parte, el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CFIC) considera que estas prohibiciones tienen en común, el no apoyarse en la ley.
Ya que si la ley francesa prohíbe el velo integral en los espacios públicos, ésta no prohíbe el uso de signos religiosos, y de acuerdo a los expertos, el principio de laicidad no puede invocarse para justificar restricciones a la vestimenta en el espacio público.
‘Pelea violenta’
La polémica se agravó cuando una “pelea violenta” -en las palabras del Ministerio del Interior- se produjo en la noche del sábado 13 de agosto, en Corcega, a la salida de Sisco en un pequeño complejo situado en una decenas de kilómetros al norte de Bastia.
Cuatro heridos, entre ellos una mujer embarazada, fueron evacuados al hospital de Bastia. Su pronóstico no es urgente, pero tres vehículos fueron quemados, provocando la interrupción del tráfico y un incendio forestal que se contuvo rápidamente.
De acuerdo al Ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, la pelea terminó con la intervención de un centenar de policías y gendarmes, por lo que el día de ayer el alcalde de Sisco, el socialista Ange-Pierre Vivoni emitió una orden prohibiendo el “burkini” en las playas de la ciudad.