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¿Siria?, No thanks

Una escalada de violencia y muertes civiles azotan a Siria, mientras las súplicas de ayuda por parte del ejército rebelde aumentan.

Todo esto sucede nueve semanas antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos con la interrogante: ¿los norteamericanos entrarán a Siria?

Hasta ahora, con un panorama bastante negro y con un estimado de 20 mil víctimas y miles de refugiados huyendo a países vecinos, una intervención estadounidense o de otro actor se ve bastante lejana.

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De ellos eran civiles
"Estamos preocupados de la profunda penetración de radicalismo islámico en Siria, y no queremos que las armas caigan en las manos equivocadas más tarde”
Oficial anónimoDe la administración de EU encargada de planear la Siria post Assad
EU teme que  si dan las armas necesarias a los rebeldes para poder derribar los aviones del régimen o para atacar los tanques del ejército sirio, éstas puedan caer en manos de extremistas

Una escalada de violencia y muertes civiles azotan a Siria, mientras las súplicas de ayuda por parte del ejército rebelde aumentan.

Todo esto sucede nueve semanas antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos con la interrogante: ¿los norteamericanos entrarán a Siria?

Hasta ahora, con un panorama bastante negro y con un estimado de 20 mil víctimas y miles de refugiados huyendo a países vecinos, una intervención estadounidense o de otro actor se ve bastante lejana.

Incluso una limitada expansión del pequeño rol que Estados Unidos tiene parece inverosímil para los próximos meses, de acuerdo a las autoridades de ese país.

“Podríamos entrar al conflicto, de eso no hay duda, pero aún no debemos involucrarnos”, dijo uno de los oficiales de EU quién habló para The Washington Post en condición de anónimo.

Estados Unidos y otros oficiales de países de occidente todavía predicen que el presidente sirio Bashar al Assad eventualmente caerá.

Sin embargo, también se especula que el conflicto que lleva ya 18 meses en activo se alargará hasta que ambas partes en choque se agoten.

A pesar de esta triste evaluación, la administración de Obama se resiste a los llamados de Europa y del Ejército Libre Sirio de que provean a los rebeldes de armas y establezcan un corredor humanitario internacional dentro del país.

Otra de las peticiones es  establecer una “buffer zone” o zona de amortiguamiento para los desplazados dentro del territorio, que evite que más ciudadanos sirios abandonen el país.

“Ninguna organización humanitaria entrará a al país sirio si no se le garantiza protección total de ataques aéreos”, dijo el oficial estadounidense.

“Para ello, se requerirá derribar a todo el cuerpo de la Fuerza Aérea Siria. Y esa es una pendiente muy resbalosa”, concluyó.

Oficiales y fuentes dentro del ejército de Estados Unidos insisten que la posibilidad de una intervención militar aún es posible.

Los rebeldes han tomado parte del territorio e incrementaron visiblemente sus habilidades militares.

Pero éstos aún no están suficientemente capacitados para hacerle frente a la maquinaria militar pesada del régimen de al Assad, por lo que piden urgentemente ayuda desde fuera.

En una entrevista el miércoles pasado, Bashar al Assad confirmó que la guerra ha alcanzado niveles fuera de lo presupuestado, pero predijo una victoria de su gobierno.

“Estamos peleando una guerra global y regional, por lo que es necesario ganarla”, dijo el presidente sirio a la televisión pro régimen Dunya.

Por qué no intervienen

El miedo de las autoridades de Estados Unidos es que el tiro pueda salirles por la culata.

Se piensa que si dan las armas necesarias a los rebeldes para poder derribar los aviones del régimen o para atacar los tanques del ejército sirio, éstas puedan caer en manos de extremistas y entonces las utilicen para fines que Estados Unidos no desea.

“Estamos preocupados de la profunda penetración de radicalismo islámico en Siria, y no queremos que las armas caigan en las manos equivocadas más tarde”, dijo un oficial de la administración encargada en planear el país después de la caída del régimen.

Al menos mil 600 personas han muerto la semana pasada, el número de decesos más alto para una sola semana desde que el levantamiento inició en marzo de 2011, dijo la UNICEF.

Enfrentamientos con maquinaria pesada asesinaron al menos 5 mil 440 personas, incluidos 4 mil 114 civiles, haciendo a Agosto el mes más letal del conflicto, de acuerdo al Observatorio Sirio en Derechos Humanos.

A pesar del recrudecimiento de las actividades militares, hay poco apetito por parte de Estados Unidos de entrar a otra guerra extranjera.

Hace un mes, el presidente Barack Obama dijo en conferencia de prensa que si el gobierno de Siria utiliza armas químicas sería cruzar el límite e implicaría un cambio “en sus cálculos”.

El candidato republicano a la presidencia de EU,  Mitt Romney, tampoco ha recomendado intervenir militarmente en el conflicto sirio.

Por ahora, los esfuerzos de Estados Unidos se han enfocado en ayudar de cerca a su aliado Turquía, que está alojando, según estimaciones de Naciones Unidas, unos 230 mil refugiados que huyeron de Siria y que conforme pase el tiempo aumentarán.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Rodham Clinton, viajó al país turco en semanas anteriores para discutir el llamado del gobierno de Ankara de establecer una zona de protección de los refugiados dentro de Siria.

Clinton prometió asistencia humanitaria adicional de parte de su país, pero reiteró que no habrá medidas militares.

A pesar de que Francia y otros países han apoyado la opción de intervenir militarmente, Gran Bretaña y gran parte de la OTAN comparten la idea de Estados Unidos a ser reacios a usar la fuerza.

Comparando la situación actual del conflicto sirio con la masacre de civiles en la guerra en Bosnia durante la década de 1990, el ministro exterior de Turquía Ahmet Davutoglu dijo que Naciones Unidas pierde una oportunidad “histórica” de prevenir una catástrofe.

EU no ha entrado a Siria también por razones políticas, ya que China y Rusia han vetado las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU a favor de tomar acciones militares.

Turquía tampoco ha tomado ninguna iniciativa militar por temor a represalias por parte del mundo árabe, pues creen que culparán a los turcos de invitar a poderes extranjeros de entrar a la zona.

“La gente dirá que los hermanos turcos hicieron esto”, dijo un oficial turco, haciendo referencia a una posible entrada de ejércitos occidentales en Siria.

“La matanza siria es nuestra responsabilidad… y debemos darnos cuenta que ésta no terminará sin una intervención efectiva de todos nosotros”, dijo Mohamed Morsi, presidente de Egipto, según la agencia de noticias Reuters.

Mientras tanto, la guerra civil sigue y la caída del régimen de al Assad parece que será bajo un costo más alto de lo presupuestado.

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