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Siria provoca otra guerra

La violencia creciente en Siria se ha convertido en un problema político para el presidente Barack Obama y para su contrincante republicano Mitt Romney: a sus campañas les resulta imposible ignorar la crisis.

Romney ha aprovechado la represión en Siria para criticar la política exterior de Obama, mostrándolo como débil e indeciso frente a la violencia presente desde hace más de un año. Pero las vagas recetas de Romney sobre lo que él haría le han granjeado críticas de la campaña del mandatario. 

La violencia creciente en Siria se ha convertido en un problema político para el presidente Barack Obama y para su contrincante republicano Mitt Romney: a sus campañas les resulta imposible ignorar la crisis.

Romney ha aprovechado la represión en Siria para criticar la política exterior de Obama, mostrándolo como débil e indeciso frente a la violencia presente desde hace más de un año. Pero las vagas recetas de Romney sobre lo que él haría le han granjeado críticas de la campaña del mandatario. 

Según Obama, su rival está viendo los toros desde la barrera con “nada salvo lenguaje fuerte”, mientras que el presidente hace el trabajo real de enfrentar la crisis.

La violencia en Siria no ha capturado toda la atención de un electorado estadounidense preocupado por la economía y otros problemas internos. Pero los dardos que intercambian ambas campañas generan interrogantes sobre la capacidad de liderazgo de los dos hombres que se disputan un puesto lleno de desafíos.

Romney se enfoca en lo que, a su juicio, ha supuesto la falta de liderazgo de Obama en relación con Siria. 

Tras una masacre el fin de semana de más de 100 civiles sirios, entre ellos decenas de mujeres y niños, Romney dijo que la debilidad del presidente ha dado como resultado una “política de parálisis”.

A su vez, la campaña de Obama ha buscado mostrar al presidente como el que carga con la responsabilidad de manejar la crisis realmente. Mientras que el mandatario “ha demostrado su capacidad de trabajar con los líderes mundiales para solucionar conflictos internacionales”, dijo su vocero de campaña Ben LaBolt, Romney tiene una “agenda sin timón en política exterior”.

La encendida retórica entre las campañas rivales revela el hecho de que no hay brechas significativas en las posiciones de ambos candidatos sobre Siria. 

Lo que sí se advierte son las pocas diferencias en los detalles específicos que han ofrecido. Y esa vaguedad no arroja luz sobre cómo se acercará Obama al problema sirio en los próximos meses ni sobre cómo se comportaría Romney si resulta elegido. 

Fuente: AP.

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