Solidaridad entre madres de desaparecidos sin fronteras
Madres mexicanas de desaparecidos aseguraron a sus pares centroamericanas que harán lo necesario para no dejarlas solas en la búsqueda del paradero de sus hijos
Montserrat SánchezAlcanzadas por el mismo dolor, las madres de desaparecidos mexicanas recibieron con los brazos abiertos a los integrantes de la Caravana de Madres de Migrantes y les aseguraron que buscarán a todos los ausentes sin importar su país de origen.
En Casa Refugio Citlaltépetl en Ciudad de México, Verónica Rosas Valenzuela, mamá de Diego Maximiliano, quien fue visto por última vez en septiembre de 2015 en Ecatepec, Estado de México, lamentó que la desaparición de personas esté presente en más de un país.
“Parece que cada vez hay más personas desaparecidas. Yo sé lo que es buscar a tu hijo y no dar ni con la más mínima pista de su paradero, sé lo que es pegar su foto en cada rincón. Desafortunadamente conozco la indiferencia de las autoridades y cómo pueden ser con nosotras las madres, por eso yo vengo a recibir a las madres porque no quiero que las minimicen o las ignoren, no quiero que pasen por el mismo camino que yo recorrí”, sentencia.
De acuerdo con Verónica, para los familiares de desaparecidos resulta desgastante ir contra corriente para que las autoridades colaboren, no criminalicen y den con el paradero de los desaparecidos.
“Más de una madre se ha enfrentado a la criminalización, cuando vamos a denunciar nos dicen que en algo andaban nuestros hijos y ya por eso no quieren buscarlos. Cuando caminamos con las madres centroamericanas hemos notado que con ellas es lo mismo. Dicen que no debían pasar ilegalmente, que de seguro ya cruzaron y que mejor denuncien en Estados Unidos. Nosotras, las madres mexicanas, no vamos a soltarlas, estamos unidas en este dolor y unidas lo vamos a superar”, comenta.
Patricia Manzanares conoció la desaparición en febrero de 2011 cuando policías federales se llevaron a su hijo Juan. El dolor, la angustia y la lucha por conocer la verdad y regresar a su hijo a casa es algo que la madre lleva consigo desde hace ocho años y, por ello, para ella es vital brindar su apoyo a otras mujeres que buscan a sus familiares.
“Cuando platicas con las madres de países como Honduras te das cuenta que se llevaron a sus hijos casi igual que al tuyo, es como si leyeras tu propia historia, por eso para mí es lógico ayudarlas, hacerles saber que aquí tienen un respaldo.
Buscar una vida mejor, tener un trabajo en el que le pagaran lo suficiente para ayudarle a su madre y huir de la violencia fueron las razones por las que el hijo de Aracely Aguilar Larios dejó Tegucigalpa, Honduras.
Julio César Aguilar Amador salió de su casa cuando apenas tenía 17 años. El joven, quien soñaba con ser jugador profesional de fútbol, le había prometido a su madre que la ayudaría con los gastos cuando consiguiera un trabajo en Estados Unidos, pero nunca llegó al país norteamericano.
“Un amigo suyo del otro lado lo iba a recibir, lo último que sabemos de él es que iba por Guanajuato y hace como cinco años dijeron que lo habían visto en Huehuetoca. Yo no sé por qué lo desaparecieron, mi muchacho solo se fue por la inseguridad, porque acá ya no nos alcanzaba”, relata Aracely.
La madre de Julio jura que su muchacho no es una mala persona y que los otros jóvenes centroamericanos tampoco lo son. Ella asegura que aunque saben los peligros que enfrentan cuando viajan hacia Estados Unidos, lo hacen por necesidad y que los mexicanos no deberían de explotarlos, asesinarlos ni desaparecerlos.
“Nuestros hijos se van buscando un sueño que en el camino se convierte en una pesadilla. Tengo 17 años sin saber de él, los mismos que llevo preguntándome qué pasa con su vida, por eso le pedimos encarecidamente a las autoridades que nos den justicia y que se preocupen por nuestros muchachos. En Honduras somos miles de madres las que lloramos, buscamos y enterramos a nuestros hijos. Muchas no pueden venir, pero aquí estamos nosotras aunque seamos pocas, representando a todas”, afirma Aracely.
“Su dolor es mío” y “Si las madres no buscamos a nuestros hijos, los gobiernos no lo harán” fueron algunas de las consignas de madres mexicanas hacia sus compañeras centroamericanas para hacerles saber que la lucha por sus hijos se hará siempre de manera colectiva.
Madres integrantes del Comité Eureka dijeron a las 38 integrantes de la Caravana que su desaparecido es de todas las mexicanas y que entre todas unirán esfuerzos para encontrarlos.
Integrantes del Comité, organización que nació por la búsqueda de desaparecidos de la Guerra Sucia en México, sostienen que siempre habrá acompañamiento y solidaridad hacia ellas, además, aplaudieron el coraje y la tenacidad que demuestran en la búsqueda para dar con el paradero de sus hijos.
Rubén Figueroa, coordinador del Movimiento Migrante Mesoamericano, organización que colabora con la Caravana, detalla que las madres son de cuatro países: Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. También dice que se han localizado a 315 personas, y en este año hubo cinco encuentros entre personas desaparecidas y sus familiares en los estados de Chiapas, Veracruz, Querétaro, Tamaulipas y Nuevo León.
Víctor García, representante de la delegación de Guatemala de la Caravana y quien busca a su hermano en el estado de San Luis Potosí, denuncia que las autoridades de los cinco países no han sido capaces de solucionar la crisis humanitaria que representan los desaparecidos.
“Para nosotros en Guatemala la Caravana ha sido una luz de esperanza ante la negativa de nuestros gobiernos, la fuerza y existencia del movimiento se debe a cada madre que nos cree y nos ayuda a buscar”, sentencia.
Este viernes 29 de noviembre, la Caravana se reunirá con autoridades mexicanas, entre ellas Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, y Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas. El objetivo del encuentro es hablar sobre las estrategias y resultados que hay sobre migrantes desaparecidos.
Las madres también interpondrán una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) y realizarán un acto de protesta en el Monumento a la Madre sobre Paseo de la Reforma.