Tras la muerte de la menor guatemalteca de 7 años que falleció tras ser detenida por la patrulla fronteriza de Estados Unidos “se desconoce qué le sucedió a la niña durante esas ocho horas antes de que presentara convulsiones y fuera trasladada vía aérea al hospital Paso”, aseguró The Associated Press (AP).
La muerte de la menor genera dudas sobre si los agentes fronterizos sabían que estaba enferma o si se le alimentó o dio de beber durante las más de ocho horas que estuvo detenida, inquirió AP.
En un primer momento se dijo que la niña fue separada de su padre tras cruzar la frontera de manera ilegal la semana pasada, pero después la oficina de migración norteamericana aseguró que la pequeña fallecida iba sola.
La agencia informativa intentó buscar una postura oficial al respecto, sin embargo la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza no precisó la información a pesar de la solicitud hecha para conocer a fondo los detalles.
The Washington Post informó ayer que la niña viajaba con su padre junto a un grupo de 163 personas que se entregaron a los agentes fronterizos el 6 de diciembre y que los agentes fronterizos adjudicaron la muerte a que la menor no comió ni bebió agua por varios días.
Inmigrantes, abogados y activistas desde hace tiempo denunciaron las condiciones de las celdas de detención de la Patrulla Fronteriza. En Tucson, una demanda aseguró que las celdas son inmundas, sumamente frías y carecen de elementos básicos, como cobijas.
Cynthia Pompa, directora de defensa del Centro de Derechos Fronterizos de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), aseguró que las muertes de migrantes aumentaron en 2017, pese a la reducción de cruces fronterizos.
“Esta tragedia representa el peor resultado posible cuando las personas, niños incluidos, son sujetos a condiciones inhumanas. La falta de responsabilidad, y una cultura de crueldad dentro de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza han exacerbado las políticas que llevan a los migrantes a la muerte”, dijo Pompa.
Con información de AP
