‘Terrorista’ por estudiar
Un estudiante de una maestría en contra-terrorismo fue acusado erróneamente de ser un terrorista luego de que un empleado de la Universidad de Staffordshire, en Reino Unido, lo vio leyendo un libro titulado Estudios sobre terrorismo en la biblioteca de la institución educativa, publicó ayer el diario The Guardian.
Bernhard BuntruUn estudiante de una maestría en contra-terrorismo fue acusado erróneamente de ser un terrorista luego de que un empleado de la Universidad de Staffordshire, en Reino Unido, lo vio leyendo un libro titulado Estudios sobre terrorismo en la biblioteca de la institución educativa, publicó ayer el diario The Guardian.
Mohammed Umar Farooq, quien estaba inscrito en el programa de maestría de terrorismo, crimen y seguridad global, le dijo al diario británico que, tras el incidente, fue cuestionado sobre sus opiniones en cuanto a la homosexualidad, el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) y Al Qaeda.
Sus respuestas, dijo Farooq, fueron principalmente académicas, pero subrayó su oposición a cualquier postura extremista. Sin embargo, la conversación en la biblioteca fue reportada por los guardias de seguridad a oficiales institucionales porque, según ellos, había levantado sospechas.
“No lo podía creer. Estaba leyendo un libro de texto académico, sin molestar a nadie. Inicialmente pensé en reírme como si hubiera sido una broma”, recordó Farooq, que luego contrató un abogado para tratar el caso.
Decidió luchar
Farooq, de 33 años, dijo que el incidente lo dejó tan inquieto que escogió ya no regresar a clases y decidió intentar resolver el problema.
“Las implicaciones para mí si no peleaba este caso podrían ser muy serias”. Podría aparecer en alguna lista policiaca, podría ser investigado sin mi conocimiento. Esto le puede pasar a cualquier chavo musulmán. Tuve que luchar”, externó.
La noticia del incidente, que ocurrió el pasado mes de marzo, surge días después de que un niño musulmán de 14 años en Texas fue arrestado porque sus maestros creyeron que el niño llevó a la escuela un artefacto que parecía una bomba, cuando en realidad se trataba de un reloj hecho a mano.