Todos los obispos chilenos presentaron hoy su renuncia en bloque por los abusos sexuales y su encubrimiento en el país sudamericano. Esta dimisión grupal es el mayor acto como consecuencia de la violencia sexual en la iglesia católica.
Después de una reunión de tres días con el pontífice en Roma, 31 obispos chilenos en activo anunciaron la firma de un documento en el que ofrecen su renuncia y ponen su destino en manos del Papa.
“Queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros”, cita el comunicado presentado hoy en el Vaticano.
Esta es la primera vez en la historia que una conferencia episcopal completa presenta su dimisión debido al encubrimiento de abusos sexuales.
Previo a la renuncia, el Papa acusó a la jerarquía eclesiástica chilena de destruir evidencias de delitos sexuales, de presionar a los abogados de la Iglesia para reducir las acusaciones y de grave negligencia en la protección de los menores ante los sacerdotes pederastas.
En un documento de diez páginas entregado a los obispos chilenos durante la reunión de esta semana, el papa Francisco aseguró que los obispos eran colectivamente responsables de los malos manejos de los casos de abusos y de la consiguiente pérdida de credibilidad de la Iglesia católica.
El Papa convocó a toda la conferencia episcopal chilena al Vaticano después de reconocer que había cometido “graves errores de juicio” en el caso del obispo Juan Barros, a quien las víctimas de abusos sexuales por parte del sacerdote Fernando Karadima acusan de haber sido testigo de las agresiones y no denunciarlas.
El pontífice recibió un informe de 2 mil 300 páginas elaborado por expertos en delitos sexuales que fueron enviados a Chile para investigar el problema. El reporte no se ha hecho público, pero el Papa citó sus principales conclusiones en el documento que se entregó a los obispos chilenos.
El grupo episcopal reconoce en su renuncia que el contenido del documento de más de 2 mil páginas demuestra el abuso de poder cometido dentro de la iglesia católica.
“El texto del Papa indica con claridad una serie de hechos absolutamente reprobables que han ocurrido en la Iglesia Chilena en relación a los inaceptables abusos de poder, de conciencia y sexuales, y que han llevado a que ella haya disminuido el vigor profético que la caracterizaba”, menciona el comunicado.
La conferencia episcopal pidió perdón a las víctimas y se comprometió a reparar los daños causados.
“Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía… Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas… Queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado…”, cita el comunicado.
A partir de este caso de abusos sexules, Chile se convirtió el país con menos personas que se declaran católicas en América Latina, sólo el 44 por ciento de la población acepta seguir las creencias de esta religión.