Los accidentes automovilísticos se están convirtiendo en una epidemia que en el 2030, en países subdesarrollados y emergentes, podrían causar más muertes que el sida.
Esta es la alerta que lanzó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que asegura en su más reciente informe que para el 2030 los accidentes de tráfico provocarán 2 millones de decesos anuales en las naciones en vías de desarrollo.
Por ahora, indica el organismo, los traumatismos causados por el tránsito acaban con la vida de cerca de 1.3 millones de personas a nivel mundial, pero el 90 por ciento de las defunciones ocurre en países de ingresos bajos y medios.
“Usuarios vulnerables” como ciclistas, peatones, niños y ancianos, sufren la mitad de estos accidentes.
“Si la tendencia actual no cambia, se prevé que en 2030 los traumatismos causados por el tránsito, que actualmente son la novena causa principal de defunción, habrán pasado a ocupar el quinto puesto en esa clasificación”, explica la OMS en su “Segundo informe sobre la situación mundial de la seguridad vial”.
La organización adjudica la severidad de los siniestros al crecimiento desmedido de las ciudades, la falta de planeación, la mala calidad del transporte público y la ausencia de leyes, pues solo 15 por ciento de los países cuenta con una legislación eficiente.
En América los accidentes automovilísticos dejan 16 muertos por cada 100 mil habitantes y el país con el problema más severo es Venezuela, donde el índice es de 37 muertos por cada 100 mil habitantes.
En México, el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra) estima que al año mueren 24 mil personas en estos percances, una tasa de más de 20 decesos por cada 100 mil habitantes.
Argentina, Chile y Colombia, con índices de 12 víctimas fatales por cada 100 mil personas, son el modelo a seguir, pues son las únicas naciones con un ente gubernamental que se encarga de preservar la seguridad vial.