En medio del escándalo, el Papa Francisco aceptó este lunes la renuncia de tres obispos de Chile asociados, en distinto grado, en casos de abuso sexual.
En lo que pareciera una purga en la institución, que ha enfrentado una avalancha de acusaciones de abusos y encubrimiento, el sumo pontífice aceptó la dimisión de de los obispos Juan Barros, de la diócesis de Osorno; Gonzalo Duarte, de Valparaíso, y Cristian Caro, de Puerto Montt.
De los tres, solo Barros, de 61 años, está por debajo de la edad de jubilación, los 75 años.
Desde que el Papa Francisco nombró a Juan Barros como obispo, en 2015, estuvo en el ojo del huracán ya que había sido compañero del sacerdote pedófilo más conocido de la nación sudamericana, Fernando Karadima, y fue señalado por las víctimas de ser testigo de lo que ocurría e ignorar los abusos.
El pontífice reconoció que cometió “graves errores” de juicio sobre Barros quien siempre negó las acusaciones de encubrimiento en su contra.
La renuncia de Barros, que ya se esperaba, fue elogiada por sobrevivientes de abusos y por personas católicas en Osorno.
“Se van tres obispos corruptos y seguirán más. Emocionante por tantos que han luchado para ver este día. La banda de obispos delincuentes @episcopado_cl se empieza a desintegrar hoy”, escribió en redes sociales.
Empieza un nuevo día en la iglesia Católica de Chile! Se van tres obispos corruptos y seguirán más. Emocionante por tantos q han luchado para ver este día. La banda de obispos delincuentes @episcopado_cl se empieza a desintegrar hoy! https://t.co/ZnNKMFD2Xe
— Juan Carlos Cruz Ch. (@jccruzchellew) 11 de junio de 2018
Los otros dos obispos están acusados de haber obstaculizado casos de investigación en contra de sacerdotes acusados de delitos sexuales.
En 2011 el sacerdote chileno Fernando Karadima fue sentenciado por el Vaticano a una vida de penitencia tras comprobarse que había cometido varios delitos sexuales.