La primera ministra británica Theresa May dijo que no teme criticar a un aliado crucial y que el presidente estadounidense Donald Trump “cometió un error” al retuitear a un grupo “odioso” de ultraderecha.
Pero el gobierno de May resistió los reclamos crecientes de que se cancele la visita de estado de Trump al Reino Unido, la que aún no tiene fecha prevista.
La acción de Trump, quien el miércoles retuiteó una serie de videos antimusulmanes del grupo de ultraderecha Britain First (Gran Bretaña Primero), ha recibido una condena generalizada en Gran Bretaña. El portavoz oficial de la primera ministra dijo que el mandatario republicano se “equivocó” al hacerlo, y May reiteró el veredicto el jueves.
“El hecho de que colaboremos no significa que tenemos miedo de decirlo cuando creemos que Estados Unidos se ha equivocado y ser muy claros con ellos”, dijo May. “Tengo muy en claro que retuitear a Britain First fue un error”.
En declaraciones desde Amán, Jordania, May dijo que el grupo antiislámico y antiinmigrante era una “organización odiosa”, contraria a la “decencia general británica”.
En respuesta, Trump instó a May a centrarse en “el terrorismo extremista islámico destructivo que está ocurriendo en el Reino Unido”, en lugar de en él.
May replicó a su vez que “tomamos muy en serio la necesidad de enfrentar la amenaza terrorista”.
May ha tratado de cultivar una relación estrecha con Trump, a quien visitó en Washington días después de su juramentación en enero y ofreció una visita de estado en la cual la reina Isabel II sería la anfitriona.
Pero la serie de tuits ha provocado una tormenta de reclamos de cancelar la visita. El intento de Trump de vedar el ingreso a Estados Unidos de viajeros desde varios países musulmanes provocó una fuerte oposición en Gran Bretaña.
Muchas voces en la Cámara de los Comunes exigieron la cancelación de la visita.
A éstas se sumó el alcalde de Londres, Sadiq Khan, quien dijo que Trump promocionó a un “grupo vil y extremista” y que su visita a Gran Bretaña “no será bien recibida”.
May ratificó la visita, aunque insinuó que no era inminente.
“Se ha hecho una invitación para una visita de estado, la cual ha sido aceptada”, dijo. “Resta fijar la fecha”.
Los retuits de Trump, quien tiene unos 44 millones de seguidores en Twitter, significaron un golpe publicitario para Britain First. El grupo, diminuto pero hábil propagandista, ha realizado protestas frente a mezquitas y está activo en las redes sociales. Con frecuencia publica videos provocadores que muestran supuestos actos de violencia por musulmanes, sin contexto ni información complementaria.
La secretaria de Interior, Amber Rudd, reiteró la posición del gobierno de que Trump hizo “mal” al retuitear los videos.
“Espero que las declaraciones de la primera ministra tengan algún impacto sobre el presidente”, dijo Rudd ante los legisladores, y añadió que “el pueblo británico rechaza abrumadoramente la retórica prejuiciosa de la ultraderecha. Este gobierno no tolerará a los grupos que difunden el odio mediante la demonización de personas de otras confesiones o etnias”.