El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nombró al conservador Brett Kavanaugh para ser el nuevo juez de la Suprema Corte estadounidense.
Kavanaugh, juez del Tribunal de Apelaciones del Circuito para el distrito de Columbia, en Washington, cubrirá la plaza que el derechista Anthony Kennedy dejó tras dimitir del puesto hace unos días.
Asegurando que no había ningún estadounidense más preparado para esa plaza, el mandatario eligió a quien fuera vinculado con las administraciones de la familia Bush, luego de entrevistar a casi 30 personas más que se situaban en la lista para elegir a uno de los jueces más importantes el país.
“Durante este proceso puede presenciar de cerca el proceso de selección. Ningún presidente consultó con tantas personas para elegir a un magisterio. Le agradezco”, dijo Kavanaugh en presencia de su familia.
El remplazo de Anthony Kennedy fue asistente del fiscal Kenneth Starr, quien investigó al expresidente Bill Clinton tras el escándalo financiero Whitewater y el de Mónica Lewinsky.
El nuevo juez se incorporará a una corte que tendrá la tarea de romper precedentes sobre el aborto legal, atención médica, casos de inmigración y derechos al voto.
Antes de nombrar a Kavanaugh, muchos demócratas se opusieron a la elección de Trump precisamente porque entendían todo lo que está en juego al frente de la Suprema Corte, y porque los nombres que se habían elegido eran jueces de distrito conocidos por sus tendencias jurídicas conservadoras.
Tras el anuncio, el nominado de Trump tendrá que ser aprobado en el Senado, el cual cuenta con una mayoría republicana.