Los cuatro días de la convención son la oportunidad más grande para que Trump convenza al electorado de que está mejor preparado para la Presidencia que Hillary Clinton
Unidos por una noche, los republicanos nominaron ayer a Donald Trump como el abanderado presidencial de su partido, lo que representa la culminación del empresario de su ascenso por los rangos republicanos y lo proyecta a las elecciones presidenciales de noviembre contra la demócrata Hillary Clinton.
La campaña de Trump esperaba que la nominación formal pusiera fin a la discordia dentro del Partido Republicano y eclipsara el caótico inicio de la convención, que incluye acusaciones de plagio que involucran el discurso de Melania Trump en la ceremonia inaugural.
El senador de Alabama Jeff Sessions inició con el proceso de nominación con un emotivo apoyo para Trump, declarándolo “un guerrero y un ganador”. Hubo momentos de discrepancia en la convención mientras los estados en los que no ganó Trump entregaban sus registros, pero el multimillonario se distanció por mucho de sus rivales en las primarias.
Su estado natal, Nueva York, fue el que le dio la cifra requerida para la nominación.
Se vienen días clave
Las autoridades de la convención le otorgaron a Trump algunos de los delegados que obtuvo el senador de Florida, Marco Rubio, y el gobernador de Ohio, John Kasich, incluyendo los 19 del Distrito de Columbia. Un delegado del distrito acusó al partido de intentar acallar a los disidentes opuestos a Trump.
Los cuatro días de la convención son la oportunidad más grande para que Trump convenza a electorado de que está mejor preparado para la Presidencia que Clinton, quien será nominada de manera oficial durante la reunión demócrata de la próxima semana. Pero el tumultuoso inicio genera nuevas preguntas sobre el control de su campaña, lo que les da a los votantes una ventana para observar cómo un candidato maneja las presiones de la Presidencia.
Y ahora sí quiere el dinero de otros
A los partidarios de Donald Trump les encantaba la idea de que se costease solo su campaña presidencial. Pero no parece molestarles mucho el que el magnate busque ahora donaciones, igual que sus rivales, a los que alguna vez describió como “títeres” de los ricos.
Una nueva encuesta de la Associated Press-GfK indicó que el 63 por ciento de los partidarios de Trump dicen que siguen sintiéndose más inclinados a apoyar a alguien que financia su campaña con dinero propio. Pero solo el 13 por ciento considera problemático el que Trump haya cambiado de parecer, y casi todos estiman que, en todo caso, no es algo demasiado grave.
Trump lleva invertidos unos 50 millones de dólares de su propio bolsillo en su campaña, la mayor parte a través de préstamos personales que, según dice, no intentará recuperar. Pero hace dos meses puso en marcha una operación de recaudación de fondos que ya ha reunido más de 51 millones de dólares.
Minimizan supuesto plagio de Melania
La campaña de Donald Trump minimizó ayer las críticas de que Melania Trump prácticamente copió dos pasajes de un discurso que la primera dama Michelle Obama dio en 2008 en la Convención Nacional Demócrata, y dijeron que los señalamientos “simplemente son absurdos”.
“No se copió el discurso de Michelle Obama”, aseguró Paul Manafort, jefe de campaña de Trump, ayer en la mañana en entrevista con CNN. “Ciertamente, ella tampoco piensa que haya sido así… Lo que ella hizo fue usar palabras que son comunes”.
El turno estelar de la señora Trump el lunes en la noche en la Convención Nacional Republicana cautivó a una multitud que rara vez había escuchado palabra de la esposa del virtual candidato presidencial republicano. Los pasajes en cuestión se referían a las lecciones que ella aprendió de sus padres y la relevancia de sus lecciones en su experiencia como madre.
Manafort dijo que la señora Trump estaba consciente de “cómo su discurso iba a estar bajo escrutinio”, y agregó que cualquier noción de que ella hubiera tomado partes del discurso que dio la señora Obama “simplemente era absurda”.
