La fusión entre la empresa de telecomunicaciones AT&T y la de entretenimiento Time Warner enfrenta un condicionamiento que podría estar vinculado con la enemistad entre la cadena CNN y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Lo anterior, debido a que los órganos reguladores de competencia de Estados Unidos exigen a AT&T que para que pueda fusionarse con Time Warner, es necesario que se desprenda de importantes negocios como CNN, considerada por el mandatario, parte de los medios que atacan su administración publicando “Fake news” (noticias falsas).
La adquisición de Time Warner, que ronda los 85 mil millones de dólares, responde al interés de AT&T de unirse al negocio de las plataformas de servicio de vídeo, para ofrecerla entre su cartera de clientes de telefonía. Además del servicio streaming, buscaría incursionar en la producción de series y películas propias.
En su campaña presidencial, Donald Trump se pronunció acerca de la operación que pretenden las compañías. El ahora mandatario mencionó que esa fusión concentraría demasiado poder.
No obstante, el exhorto hacia AT&T, de vender CNN a cambio de conseguir la compra de Warner se ha tornado también para señalar una maniobra política; pues desde que Trump asumió la presidencia, la cadena de noticias ha sido blanco de ataques por parte del republicano.
Otra opción que la regulación de competencia ofrece a la telefónica, es deshacerse de su servicio de televisión satelital, DirecTV.
Hace un año, tanto Warner como AT&T ignoraron lo dicho por Trump, al justificar la transacción como propósito de hacerle frente al gigante en el vídeo Netflix u próximamente a Disney, empresa que pretende incluirse a la lista de competidores.
AT&T, además de CNN, posee los canales de HBO, TNT y TBS.