Con un proceso cardiaco, ayer se libró la primera batalla de la contienda electoral hacia la Presidencia de Estados Unidos: el caucus de Iowa.
Mientras que en el campo republicano sorprendió que el senador texano Ted Cruz se haya sobrepuesto al polémico Donald Trump, por el lado de los demócratas no pudo ser más reñido. Al cierre de esta edición, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton se encontraba en un empate virtual con el autodenominado senador socialista Bernie Sanders.
Cruz recibió el 28 por ciento de los votos republicanos, frente al 24 por ciento de Trump. Con el 23 por ciento, el joven senador de Florida Marco Rubio no se quedó atrás.
En tanto, Sanders obtuvo un impresionante 49 por ciento, pero Clinton logró el 50 por ciento. De forma insignificante, el exgobernador de Maryland Martin O’Malley obtuvo menos del 1 por ciento, por lo que, según reportó CNN, el precandidato dará fin a sus aspiraciones presidenciales.
Estos resultados perfilan una férrea competencia en otras entidades entre los tres punteros republicanos.
Mientras tanto, los votantes dentro del Partido Demócrata en otros estados tendrán dos –muy reales– opciones: Hillary Clinton y Bernie Sanders.
Nada es definitivo
En 2006 el entonces precandidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Barack Obama, quedó en segundo lugar en las elecciones internas de Iowa, que Hillary Clinton ganó, por lo que Sanders aún representa una fuerte amenaza para Hillary Clinton.
Y por el lado republicano se confirmó la gran fragmentación que existe dentro del partido. Aunque Rubio había escalado en las encuestas tras los últimos debates, todo parecía indicar que la contienda sería entre exclusivamente entre Cruz y Trump.