Trump vs Clinton, primer round
A cinco meses de la elección presidencial en Estados Unidos, ya se empieza a vislumbrar el tono de la contienda y los virtuales candidatos demócrata y republicano, Hillary Clinton y Donald Trump comienzan la batalla de ataques y descalificaciones.
Todavía falta la confirmación de las candidaturas de ambos aspirantes en las próximas convenciones de las dos facciones. La republicana será el próximo 18 de julio en Cleveland, Ohio y la demócrata el día 25 del mismo mes en Filadelfia.
A cinco meses de la elección presidencial en Estados Unidos, ya se empieza a vislumbrar el tono de la contienda y los virtuales candidatos demócrata y republicano, Hillary Clinton y Donald Trump comienzan la batalla de ataques y descalificaciones.
Todavía falta la confirmación de las candidaturas de ambos aspirantes en las próximas convenciones de las dos facciones. La republicana será el próximo 18 de julio en Cleveland, Ohio y la demócrata el día 25 del mismo mes en Filadelfia.
El pasado jueves, tan solo unos minutos después de que el presidente Barack Obama ofreciera de manera pública su apoyo a Hillary Clinton, Trump arremetió contra ambos en su cuenta de Twitter.
“Obama acaba de mostrar su apoyo a la deshonesta Hillary. Él quiere otros cuatro años más de Obama —pero nadie más”, escribió el magnate en su cuenta.
La respuesta de Hillary Clinton no se hizo esperar, y fue tan corta como contundente. “Borra tu cuenta”, tuiteó la demócrata, y el tuit ya se ha convertido en el más exitoso del proceso electoral, compartido más de 400 mil veces.
Donald Trump se ha caracterizado, durante su campaña electoral, entre otras cosas, por no escatimar los insultos y las descalificaciones a sus adversarios, atacándolos directamente sin ninguna consideración, además del discurso racista, xenófobo y radical que ha predicado.
De Hillary Clinton, Trump ha dicho que ha sido cómplice de las infidelidades de su esposo, el expresidente Bill Clinton, y señala que ella se casó con un hombre que ha sido el peor agresor de mujeres de la historia política.
También afirmó que la familia de la aspirante demócrata llegó al poder en la década de 1990 a través de sobornos y asesinatos, acusaciones que entran peligrosamente en el plano familiar y personal.
De igual forma ha declarado que Clinton ha sido la peor Secretaria de Estado de la historia de Estados Unidos.
Hillary por su parte, se ha subido al ring de las descalificaciones con Trump, y en más de una ocasión ha calificado al republicano como una persona peligrosamente descalificada para ser presidente.
“Imaginen a Donald Trump sentado en la sala de crisis tomando decisiones de vida o muerte en nombre de Estados Unidos. ¿Queremos a alguien así tomando esas decisiones?”.
Hace unos días en un acto público, Hillary se refirió a Trump como un fraude, cuya campaña consiste en una serie de desvaríos bizarros, disputas personales y mentiras.
Evidentemente, este escenario de confrontación y ataques es el que más le conviene a Trump, y Hillary ha decidido cruzar esa línea y entrar en el terreno favorito de Trump, lo cual aún no se sabe si será un acierto o un error, pero ya no hay marcha atrás.
A cinco meses de distancia de la cita del próximo martes 8 de noviembre para elegir al próximo presidente de Estados Unidos, es indudable que Hillary tiene una mejor estructura para la operación política de la campaña.
Sin embargo, Trump, aún con un equipo más compacto y sin experiencia electoral ha cambiado las reglas del juego de la sucesión presidencial, y aunque no parte como favorito, ya logró doblegar al Partido Republicano, y buscará hacer lo mismo con Hillary.
Operación cicatriz demócrata
Hillary Clinton está a un paso de ser designada oficialmente como la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, y hacer historia como la primer mujer que aspira al máximo cargo estadounidense.
Sin embargo, antes de emprender su campaña electoral, aún tiene por delante la tarea de reconciliarse con los demócratas y unificarlos, ya que tras una desgastante contienda interna, la división aún es palpable.
Su primera misión es atraer a los votantes de su rival, el senador Bernie Sanders, que, contra todo pronóstico, se convirtió en un contendiente más que incómodo, que llevó las primarias demócratas hasta su última escala, nunca tiró la toalla.
El senador por Vermont sabe que no tiene posibilidades matemáticas de obtener la nominación, sin embargo, trataría de negociar ciertas condiciones para otorgar su apoyo a Hillary y pedir a sus votantes que hagan lo mismo.
Republicanos sometidos
Donald Trump, contra todos los pronósticos y a pesar del rechazo de la cúpula republicana, logró hacerse con la nominación del partido conservador.
El discurso racista, agresivo, así como las políticas aislacionistas que propone, en lugar de restarle adeptos le dio el impulso necesario.
Dejó en el camino a los que se perfilaban como los favoritos, Marco Rubio y Ted Cruz, y a todos los otros aspirantes del partido, y se convirtió en el virtual candidato de manera cómoda y anticipada.
El núcleo duro del Partido Republicano observó como se iban agotando todas las posibilidades que veían de quitarle la candidatura, y al final cedieron.
El propio Trump sabe que para poder derrotar a Hillary Clinton tendrá que hacer una campaña diferente a la realizada hasta el momento, es por ello que ya se empieza a rodear de operadores políticos con más experiencia.
Se sabe en desventaja en este momento, pero no deja de confiar en sus posibilidades. Hace apenas un año, nadie confiaba en sus posibilidades y hoy se encuentra en la antesala de la Casa Blanca.