Al parecer China está perdiendo la cordura. En los últimos meses, los aeropuertos del país han sufrido una inestabilidad inverosímil.
Aunado al aumento de falsas alarmas terroristas que han recibido los aeropuertos y la necesidad de aplicar sanciones a éstas, las aerolíneas están presentando retraso en la mayoría de sus vuelos.
Construcción de nuevas instalaciones, lucha contra la ineficiencia, las medidas anti-terrorismo, el crecimiento masivo de la industria aérea y las restricciones de tráfico relacionadas con el uso militar del espacio aéreo, son las principales razones que han alentado a los usuarios a cambiar los vuelos por la red de trenes de alta velocidad.