WASHINGTON— El senador Marco Rubio esbozó su visión de una política exterior agresiva para Estados Unidos el miércoles.
Lo hizo como parte de su esfuerzo más reciente para reforzar su presencia en momentos en que el aspirante presidencial republicano Mitt Romney inicia la búsqueda de un compañero de fórmula.
Rubio, quien pronunció un discurso en el instituto de investigaciones políticas Brookings Institution, presentó recientemente un proyecto sobre inmigración que lo distancia de algunos elementos en su partido.
El cubano-estadounidense de 40 años, quien dio su apoyo a Romney hace un mes, intenta presentarse en Washington y todo el país como un conservador con ideas nuevas.
No ha dicho si aceptaría o no la candidatura a vicepresidente, pero sus críticas cuidadosas tanto del presidente Barack Obama como a las tendencias aislacionistas de algunos republicanos, han reforzado la imagen que intenta presentar.
Busca dar la imagen de un derechista firme, pero lo suficientemente moderado como para ser candidato.
“Los problemas globales requieren coaliciones internacionales. En eso, este gobierno tiene razón”, dijo Rubio a un auditorio de unos 200 académicos, políticos y diplomáticos.
“Pero las coaliciones internacionales eficaces no se forman por su cuenta. Hay que instigarlas y dirigirlas y en la mayoría de los casos debemos instigarlas y dirigirlas nosotros. Eso es lo que este gobierno no comprende”.
Presentado por el senador Joe Lieberman, candidato demócrata a vicepresidente en 2000, Rubio no dijo si aspira al mismo puesto.
El novato legislador aparece mencionado con frecuencia entre los posibles compañeros de fórmula de Romney, ahora que el Partido Republicano intenta mejorar su imagen entre el electorado hispano.
Según una encuesta reciente del Centro Pew, Obama aventaja a Romney por 67% a 27% en ese enorme sector demográfico.
Rubio presentó una receta algo belicista, pero sobria, para la intervención estadounidense en conflictos desde Medio Oriente y Asia hasta América Latina. Evitó la oposición acérrima a las políticas de Obama y las acusaciones absurdas que surgieron durante los debates de las primarias republicanas.
Expresó su apoyo a las declaraciones de Obama contra el armamentismo nuclear iraní y elogió tanto la ayuda que prestó George W. Bush a Africa como la decisión de Bill Clinton de intervenir en Kosovo sin mandato de la ONU.
Habló de su cooperación con senadores demócratas para elevar las presiones contra los violadores de los derechos humanos en Siria y de los derechos democráticos en Nicaragua.
“Hoy, en el Senado, en materia de política exterior, el que se vuelca excesivamente a la derecha acaba en la izquierda”, dijo Rubio, identificándose como moderado.
Casado, padre de cuatro,de ascendencia latina y posiciones conservadoras Rubio es una estrella en ascenso en el Partido Republicano.
Aunque no sea candidato en estas elecciones y si pierde Romney, Rubio sería uno de los principales aspirantes a la candidatura republicana en 2016.
Para entonces tendrá 45 años y seis de experiencia en el Senado, con tiempo más que suficiente para proyectar una imagen. Adicionalmente, la proporción hispana del voto habrá aumentado para entonces.
Sus intentos de buscar un acuerdo sobre inmigración podrían mejorar su imagen —aunque tal vez no la del partido— entre el electorado hispano. Su proyecto permitiría a los jóvenes inmigrantes que entraron de manera ilegal permanecer en el país aunque sin darles la ciudadanía.
Es una posición intermedia entre la “ley DREAM” apoyada por Obama, que daría acceso a la ciudadanía a los que realicen estudios universitarios o se enrolen en las fuerzas armadas, y la posición de los legisladores republicanos que abogan por más deportaciones.
El proyecto de Rubio permitiría a los jóvenes traídos ilegalmente al país por sus padres solicitar visas de no inmigrante que les permitirían estudiar, trabajar y obtener una licencia de conductor, pero no votar. Más adelante podrían solicitar la residencia. (AP)