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Para algunos republicanos, no es una bendición la visita que el Papa Francisco hará en septiembre a Estados Unidos (EU).
Los políticos conservadores culpan al Pontífice de ser “marxista” y promover el socialismo debido a los discursos en los que él condena la desigualdad y aboga por la regulación gubernamental de las empresas y el mercado.
“Los mercados y la especulación financiera no pueden disfrutar autonomía absoluta”, declaró Francisco al periódico La Stampa en enero.
“No podemos esperar más para resolver las causas estructurales de la pobreza para curar a nuestra sociedad de una enfermedad que sólo nos lleva a una nueva crisis”.
Este tipo de comentarios ha provocado que el locutor conservador Rush Limbaugh tache sus palabras de “marxismo puro” y que el conductor de Fox News Stuart Varney lo culpe de caer en “neo-socialismo”.
Los republicanos también están indignados porque Jorge Mario Bergoglio ha condenado la influencia humana en el calentamiento global, un tema científico al que los conservadores de EU se oponen.
Por ello, hay quienes repudian la idea de que Francisco se convierta en septiembre en el primer Pontífice en dar un discurso frente al Congreso estadounidense.
“En privado, algunos republicanos de la derecha se han quejado acerca de esta invitación, pero no la pueden bloquear”, informó Bloomberg.
“En la era del expresidente Ronald Reagan, los republicanos conservadores tenían un poderoso aliado en el Papa Juan Pablo II, cuyos poderosos pronunciamientos anticomunismo y antiaborto se usaban en la política estadounidense.
“Los conservadores de hoy se muestran ansiosos sobre el Papa Francisco”.
Un Pontífice anticapitalista
El Santo Padre despierta la antipatía de los republicanos en temas que van desde la obligación religiosa que tienen los católicos de combatir el cambio climático hasta en su aceptación de los homosexuales.
Pero lo que más molesta a los conservadores es ver que este Pontífices predica en contra de los pecados del capitalismo, lo que rompe la tradición de los antiguos líderes de la Iglesia Católica, quienes tenían un discurso anticomunista.
Jorge Mario Bergoglio es un jesuita que cree en la austeridad y en la distribución equitativa de los recursos.
“El Papa Francisco, y este lo digo como católico, es un completo desastre cuando se trata de sus pronunciamientos sobre política pública”, escribió Steve Moore, líder de The Heritage Foundation, una de las más influyentes organizaciones conservadoras.
“En economía y aun más en medio ambiente, el Papa se ha aliado con la extrema izquierda y ha adoptado una ideología que haría a la gente más pobre y menos libre”.
Tampoco un ‘santo’ en la izquierda
A pesar del repudio de los conservadores, los demócratas tampoco están del todo satisfechos con la postura del argentino, pues se muestran escépticos con los cambios que ha realizado en la Iglesia Católica.
“Si echas un vistazo a sus posturas en, digamos matrimonio y aborto, no hay nada que sea diferente de sus predecesores”, explicó a Reuters William Donohue, presidente de la Liga Católica de EU.
Aunque reconocen que Francisco trajo un cambio de tono al catolicismo, los demócratas quieren más contundencia en la no criminalización de las mujeres que abortan y en la aceptación a los homosexuales.
“No es difícil visualizar un momento excepcional en el Capitolio cuando los demócratas a favor del derecho al aborto se retuerzan mientras el Pontífice celebre la santidad de la vida mientras que los republicanos se estremecerán cuando el Santo Padre hable de justicia social, desigualdad de los ingresos y el imperativo moral de resolver el calentamiento global”, reportó The New York Times.