Un pecado sin penitencia

La ONU y las víctimas de los sacerdotes ya se cansaron de orar por que el Vaticano se arrepienta de sus pecados de pedofilia, algo que ni el Papa Francisco ha podido conseguir.

El Comité de Protección de los Derechos de los Niños de la Naciones Unidas (CRC, por sus siglas en inglés) publicó ayer un informe histórico en el que acusa al Vaticano de adoptar políticas que permitían el abuso sexual de menores por parte de sacerdotes.

En respuesta, la Santa Sede se apuró a calificar de “injusto” y “distorsionado” el reporte, en el que la ONU también demanda destituir a todos los religiosos vinculados con casos de violación de niños.

Desde que asumió el papado, en marzo del 2013, José Mario Bergoglio ha prometido expiar de esta culpa a la Iglesia Católica, por lo que reformó el código penal para endurecer las sanciones y creó una comisión especial contra la pederastia.

Pero aunque el Vaticano prometió ayer que analizaría la información recabada durante seis años por la ONU, el Papa, famoso por su popularidad y poder, enfrenta la prueba más dura de su pontificado: lidiar con el escándalo de los curas pedófilos.

La cruz de Francisco

La revista Time lo nombró “Persona del Año” y medios como Forbes, Le Monde y Rolling Stones aclaman su influencia política e ideas revolucionarios. Sin embargo, la pedofilia en la Iglesia Católica es la cruz que le ha tocado cargar al Papa Francisco.

El CRC y los críticos acusan a los predecesores de Bergoglio, Benedicto XVI y Juan Pablo II, de proteger a los sacerdotes pederastas al ocultar sus casos. 

“La movilidad de los responsables, que ha permitido a muchos sacerdotes mantenerse en contacto con niños y continuar abusando de ellos, sigue poniendo a los menores en alto riesgo de abuso sexual en muchos países”, establece el reporte de la ONU.

“Y eso se debe a la falta de castigo de estos delitos por parte de los jerarcas eclesiásticos. Además, los miembros involucrados deben ser expulsados de forma inmediata de la Iglesia Católica”.

Documentos revelados el mes pasado por la agencia AP, demuestran que del 2011 a 2012 surgieron alrededor de 800 casos de padres pederastas durante el papado de Benedicto XVI, quien solo destituyó a 400 de ellos por este motivo. 

Los reclamos se agudizan más contra Juan Pablo II, quien presuntamente sabía de los primeros casos que salieron a la luz en 1990 en Canadá, Estados Unidos e Irlanda, pero no hizo nada al respecto. 

“El CRC está particularmente preocupado que ante las numerosas alegaciones de abuso sexual, la Santa Sede eligió preservar la reputación de la Iglesia al proteger a los perpetradores de los delitos sobre el interés de los niños”, indica el informe.

Las palabras no bastan

El discurso, la actitud e incluso las reglas han cambiado, pero eso no es suficiente para los detractores del Vaticano.

El 16 de enero pasado, Francisco llamó a los escándalos de la pederastia la “vergüenza de la Iglesia”, palabras que no terminan de convencer.

“A pesar de toda la retórica del Papa Francisco y los funcionarios del Vaticano, se rehúsan a tomar acciones que detengan esto”, expresó ayer a la BBC Barbara Blaine, presidenta de la Red de Sobrevivientes a los Abusos de Curas (Snap, en inglés). 

Francisco consiguió el año pasado niveles de popularidad superiores al 70 por ciento en países como Francia, Italia, Estados Unidos y Rusia, pero en los próximos días debe defender su credibilidad al expulsar a los pedófilos de la Iglesia.

“Nada ha cambiado, escucho argumentos de que el barco solo puede virar lentamente y que el Papa hace todo lo que puede para enfrentar la inercia constitucional y conservadora. Aunque fuera cierto, el esfuerzo no es suficiente en la vida real”, manifestó en diciembre Jeff Schweitzer, columnista de The Huffington Post.

Los padres pecadores

México
Al Papa Juan Pablo II se le acusa de ocultar el caso del cura fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel (izq.), quien abusó de niños y adolescentes mexicanos por 30 años. 

Estados Unidos 
John Geoghan (der.), de la Arquidiócesis de Boston, fue uno de los primeros sacerdotes en protagonizar un escándalo de pedofilia. En 1991 lo acusaron de abusar sexualmente de más de 130 niños.

Irlanda
En 2012, la BBC publicó un documental que revela que el líder del catolicismo irlandés, el cardenal Sean Brady (foto), ocultó por más de tres décadas el caso del cura pedófilo Brendan Smyth.

Bélgica
El Arzobispo belga, Andre-Joseph Leonard (foto), despidió en 2010 al cura Roger Vangheluwe, por confesar que abusó de un niño durante años y causar el escándalo religioso más grande de ese país.