Una catástrofe tras otra
Temblor
El sufrimiento de los más de 9 millones de afectados por el tifón “Haiyán” o “Yolanda”, en Filipinas, parece no terminar.
La naturaleza volvió a sacudir ayer este archipiélago asiático con un temblor de 4.5 grados de intensidad en la escala de Richter que impactó a las provincias de Bohol y Cebu, reportó el Manilla Bulletin.
Y aunque se temía que se desatara un tsunami, el Instituto Filipino de Volcanología y Sismología (Phivolcs) ya descartó esta posibilidad.
Pedro Pablo Cortéshttp://www.youtube.com/watch?v=a2qKmBr2VyU
Temblor
El sufrimiento de los más de 9 millones de afectados por el tifón “Haiyán” o “Yolanda”, en Filipinas, parece no terminar.
La naturaleza volvió a sacudir ayer este archipiélago asiático con un temblor de 4.5 grados de intensidad en la escala de Richter que impactó a las provincias de Bohol y Cebu, reportó el Manilla Bulletin.
Y aunque se temía que se desatara un tsunami, el Instituto Filipino de Volcanología y Sismología (Phivolcs) ya descartó esta posibilidad.
Sin embargo, el sismo complicó la situación de los damnificados, además de obstaculizar la llegada de ayuda humanitaria porque los caminos quedaron bloqueados con escombros.
Representantes de la ONU explicaron a CNN que las mujeres y los niños están en las calles rogando por comida y donativos, con lo cual se están exponiendo a la explotación.
“La situación en el terreno es horrorosa”, expresó a la cadena estadounidense Tomoo Hozumi, representante de la Unicef en Filipinas.
Apenas hace cerca de un mes, el pasado 15 de octubre, un terremoto de 7.2 grados de magnitud dejó en Bohol 222 muertos y más de 30 mil casas dañadas, según datos de la Federación Internacional de la Cruz Roja.
Y en lo que va del año, cuatro sismos han impactado al archipiélago, de acuerdo a estadísticas del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Tormenta
Las dificultades para llevar víveres a los damnificados se recrudecieron ayer con la llegada de la tormenta tropical “Zoraida” a las 9:00 horas, tiempo local.
La depresión azotó la provincia de Davao Oriental con vientos que alcanzaron hasta 55 kilómetros por hora, informó el periódico Philippine Daily Inquirer.
“Se les aconseja a los residentes de partes bajas y cercanas a las faldas de las montañas estar en alerta por posibles inundaciones y derrumbes”, señaló a través de un comunicado la agencia meteorológica Pagasa.
“El viaje marítimo es riesgoso sobre el norte y el este de Luzón (provincia del norte de Filipinas)”, precisó.
La tormenta agudizó la falta de servicios básicos y de salud. Además, los hospitales se saturaron y se interrumpió la llegada de medicamentos.
La asociación Médicos sin Fronteras indicó que es urgente vacunar a los sobrevivientes contra el tétanos para evitar el riesgo de infecciones.
El organismo humanitario internacional destacó que uno de los principales problemas es que la población sufrirá un gran trauma a raíz de estos desastres en serie.
“Los filipinos están acostumbrados a los tifones, pero esta magnitud es algo sin precedentes. La gente sufrirá muchos traumas por la muerte y destrucción que están viendo, y temerán a los tifones del futuro”, declaró a los medios Meinie Nicolai, representante de la organización de médicos.
Una pesadilla
El caos por la falta de alimentos se intensificó debido a los nuevos fenómenos naturales que obstaculizan la llegada de ayuda humanitaria.
La desesperación ha provocado que los sobrevivientes saqueen tiendas y camiones, y se aglomeren alrededor de los aviones militares que el Gobierno filipino ha dispuesto para la evacuación.
El diario español El País ha calificado la logística de la entrega de apoyos como una “pesadilla”.
Pese a que la ayuda internacional sigue llegando, los aviones no pudieron sobrevolar ayer el territorio, y los barcos no llegaron debido al paso de “Zoraida”, que complicó la comunicación entre poblados.
“No sabemos casi nada fuera de lo que pasa aquí en Tacloban (la ciudad más afectada)”, manifestó a Le Monde el director del Ministerio de Salud Jaime Bernardas.
“Los medicamentos enviados pasarán después de la comida y el agua, las dos prioridades absolutas”. dijo.
A pesar de las dimensiones del desastre y de que la ONU estimó que había más de 10 mil muertos por el tifón, el presidente Benigno Aquino declaró ayer a los medios que la cifra iba apenas en 2 mil 500 fallecidos.
Según el mandatario, algunos funcionarios exageraron la cifra y se dejaron abrumar por el momento.
Una víctima perfecta
Por Andrea B. Assunto
Los huracanes llegan a América religiosamente cada año. Se les bautiza y se pronostican los dañoss que pueden causar. Del otro lado del mundo, la naturaleza también castiga, pero con otro nombre.
Los tifones son ciclones tropicales, tormentas que dan vueltas en círculo y nacen específicamente en el mar de China.
Cuando se les etiqueta como supertifón, es porque alcanzan vientos de 241 kilómetros por hora (kph).
Es el caso de “Haiyan”, que alcanzó vientos de 313 kph y ráfagas de 378 kph, según cálculos meteorológicos. Fue catalogada como la tormenta más poderosa que ha tocado tierra.
Los tifones se forman cuando el agua caliente del mar se evapora antes de alcanzar el punto de condensación. La rotación de la Tierra hace que giren más rápido y en el sentido del reloj cuando están en el hemisferio sur, y en el sentido contrario cuando se encuentran al norte del Ecuador.
Si este tipo de ciclón es lo suficientemente intenso, el aire se hunde formando el famoso ojo, un área donde se concentra el viento más fuerte y la lluvia más pesada.
Tierra de tifones
Filipinas se ubica en las aguas tropicales que son más propensas a la llegada de ciclones. Rara vez libra un año sin ser víctima de un tifón, aseguró Jeff Masters, meteorólogo de la agencia Weather Underground.
Desde 1970 es el país que más ha sufrido por las tormentas de este tipo, además de China, según informes del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Tan solo el 3 de diciembre del año pasado, el supertifón “Bopha” cobró mil 900 víctimas mortales en Filipinas.
Y ahora ”Haiyan”, cuarto tifón que llega al archipiélago en lo que va del 2013, ha dejado un saldo todavía incalculable de víctimas.
Ayuda millonaria
Países de todo el mundo han hecho donativos para aliviar la crisis filipina. La ONU dio a conocer los montos en dólares estadounidenses.
ONU: 25 millones
Estados Unidos: 20 millones
Reino Unido: 16.1 millones
Emiratos Árabes: 10 millones
Australia: 9.5 millones
Canadá: 4.8 millones
Unión Europea: 4 millones
Noruega: 3.4 millones
Dinamarca: 3.1 millones
Nueva Zelanda: 1.75 millones
Irlanda: 1.4 millones
México: 1 millón
Vaticano: 150 mil
China: 100 mil