Una decisión no muy suiza
Ubicada en el medio de Europa, Suiza ha sido referencia fija a la neutralidad alrededor del mundo. Sin embargo, después de la decisión del domingo, no tan neutral, de poner fin a la libre circulación de personas procedentes de la Unión Europea (UE), sus vecinos no se mostraron satisfechos.
Esto fue “una bofetada política a Bruselas y un mensaje del que probablemente tomarán nota los euroescépticos, especialmente en un año de elecciones europeas”, publicó ayer BBC Mundo.
Andrea B. AssuntoUbicada en el medio de Europa, Suiza ha sido referencia fija a la neutralidad alrededor del mundo. Sin embargo, después de la decisión del domingo, no tan neutral, de poner fin a la libre circulación de personas procedentes de la Unión Europea (UE), sus vecinos no se mostraron satisfechos.
Esto fue “una bofetada política a Bruselas y un mensaje del que probablemente tomarán nota los euroescépticos, especialmente en un año de elecciones europeas”, publicó ayer BBC Mundo.
Con 50.3 por ciento de votos a favor, los suizos invalidaron el acuerdo de 2002 entre su país y la UE para que los ciudadanos de la región gocen de la libre circulación.
A pesar de que el país europeo no forma parte de la Unión, “ha adoptado gran parte de las políticas europeas y tiene varios acuerdos con Bruselas que ahora quedan de alguna manera en vilo”, informó BBC Mundo.
“El Mercado Único no es un queso suizo. No puedes tener un Mercado Único con agujeros”, aseveró Viviane Reding, Comisaria de Justicia de la UE.
‘Sagrada libertad’
En su carácter de nación neutral, Suiza no puede tomar partido en ningún conflicto armado a menos de que sea atacado. Sus fuerzas solo pueden ser utilizadas para seguridad interna y en defensa propia. En 1992 y 2001 se realizaron referendos que rechazaron la unión de este país a la UE, sin embargo siempre han mantenido una amplia gama de acuerdos bilaterales.
Ahora, esta relación está en riesgo. Incluso el importante acceso al mercado común europeo donde se vende más de la mitad de las exportaciones suizas.
“La relación entre Suiza y la UE ahora está completamente abierta. Sin duda serán momentos difíciles para la economía y la prosperidad de esta nación”, dijo Markus Spillmann, editor del diario Neue Zürcher Zeitung en Zurich.
Pero a Suiza no le preocupó la “sagrada libertad” que significa para Bruselas la libre circulación.
“Los suizos mostraron no tener miedo a los fatales pronósticos de quienes defendían el no, (…) la economía del país centroeuropeo está en un momento boyante, el desempleo no llega al 4% y los empresarios consideran que la entrada en vigor del acuerdo con la UE tuvo un impacto positivo en el mercado laboral suizo puesto que reforzó los controles y garantías para todos los trabajadores”, informó BBC Mundo.
“Al final, el voto reflejó el temor a que Suiza pueda perder su identidad”, asegura Gavin Hewitt, editor de BBC.